El delantero peruano supo corregir su conducta y recuperarse físicamente. Hoy el fútbol premió su sacrificio con un título. En Rusia 2018 podríamos tener a su mejor versión.
Jefferson Agustín Farfán Guadalupe. 33 años. Nueve títulos en el futbol europeo y en tres ligas distintas. Reciente campeón de la Premier League de Rusia con el Lokomotiv. Goleador de su equipo con 10 tantos. Próximo a disputar la Copa del Mundo con la Selección Peruana. Estos fríos datos no harían presumir que hace un par de años la 'Foquita' era prácticamente un ex futbolista debido a lesiones y hechos extradeportivos.
Una lesión en la rodilla lo forzó a dejar el fútbol de elite de Europa en 2015. Se desligó del Schalke 04 y se marchó a Emiratos Árabes Unidos por razones netamente económicas. Priorizó un salario jugoso y relegó el hambre de gloria con el que partió muy joven de Alianza Lima para recalar en el PSV. Su conducta díscola también lo marginó de la 'Blanquirroja'.
Parecía que el delantero vivía sus últimos días en el fútbol, condenado a ser una de esas tantas promesas que nunca llegaron a consolidarse. Pero la vida le iba a tener una segunda oportunidad y Jefferson Farfán no la iba a desaprovechar. Fichó por el desconocido Lokomotiv de Moscú, un equipo que llevaba 14 años sin campeonar en Rusia.
Se mentalizó en volver a ser el mejor, se puso bien físicamente, recordó que es un delantero con gol y volvió a creer en su talento. Se afianzó en el titularato, anotó goles decisivos y fue fundamental para una histórica campaña de la 'Locomotora'. En ese intervalo Ricardo Gareca lo volvió a llamar a la Selección Peruana.
Esta vez ya no era uno de los '4 Fantásticos', sino uno más en el plantel. Esperó hasta el final para volver a recordarnos que es uno de los jugadores más talentosos que ha nacido en este país. Fue fundamental en la histórica clasificación de Perú al Mundial Rusia 2018 marcando un gol a Nueva Zelanda.
Un delantero agradecido
Aquella vez le dedicó su gol a Paolo Guerrero, el capitán que fue marginado de ese partido por un supuesto dopaje. Hoy le dedicó su título al recordado Daniel Peredo, el periodista que creyó en él hasta en sus momentos más difíciles. "Por mi mamacita que este título es para ti", se leía en su polo de homenaje. Jefferson Farfán no sabe lo que es la ingratitud.
Ahora el delantero se alista para cumplir el sueño que tenía desde que jugaba en las juveniles de Alianza Lima: jugar la Copa del Mundo con la Selección Peruana. Llega en su mejor momento y tiene la opción de entrar en la historia de nuestro fútbol. Todo sigue dependiendo de él mismo.
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