Jóvenes salieron a las calles por la publicación de un libro que criticaba las inmolaciones de los tibetanos y menospreciaba su lenguaje.
Más de veinte estudiantes tibetanos han sido hospitalizados tras enfrentarse con la Policía durante unas protestas que congregaron a alrededor de mil personas en la provincia de Qinghai, en el oeste de China, afirmó hoy la organización "Free Tibet".
Los jóvenes, en su mayoría estudiantes de la escuela Sorig Lobling, en el condado de Chabcha de la provincia, salieron el lunes a la calle en respuesta a la publicación de un libro por parte de las autoridades chinas que criticaba con crudeza las inmolaciones y menospreciaba el lenguaje tibetano, según la fuente.
Organizaciones como "Free Tibet" ya alertaron últimamente de la tensa situación en regiones con población tibetana como Qinghai, sobre todo después de que 19 personas se hayan prendido fuego en los pasados veinte días.
El último incidente tuvo lugar ayer, cuando un estudiante tibetano, llamado Wangyal y de unos 20 años, se quemó a lo bonzo en Sichuan -también al oeste y limítrofe con el Tíbet y Qinghai-, lo que eleva a 82 el número de estos casos en China en los últimos dos años.
La situación se ha recrudecido en los últimos 20 días, desde que se celebró en Pekín el XVIII Congreso del Partido Comunista (PCCh), en el que se eligieron los líderes que gobernarán el país durante la próxima década.
Hace varios días miles de personas ya salieron a la calle en Qihai para protestar por la reciente ola de inmolaciones.
En este caso, la policía ha cerrado la escuela de donde salieron los manifestantes y, según "Free Tibet", ha prohibido a los padres de los veinte estudiantes hospitalizados -al menos cuatro de ellos con necesidad de un tratamiento de urgencia- que visiten a sus hijos.
"Free Tibet" muestra varias fotografías en las que se puede apreciar a cientos de jóvenes portando pancartas mientras marchan por las calles de la ciudad o se sientan a las puertas de lo que parece la escuela, acordonada por numerosos policías que reprenden contra la multitud para despejar la zona.
Esta organización y otras similares en el exilio piden a Pekín que atienda las reivindicaciones de los tibetanos para frenar la ola de inmolaciones, mientras que el régimen comunista acusa al Dalai Lama -a quien la semana pasada se le negó visado de entrada en Taiwán- de alentar estas protestas con fines de políticos.
China considera al Tíbet parte del país desde hace siglos, por uniones dinásticas y conquistas en la época imperial, si bien para los tibetanos en el exilio el "Techo del Mundo" era virtualmente independiente hasta que fue ocupado por el Ejército comunista a principios de la década de los 50 del siglo pasado.
EFE
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