Las mujeres fueron identificadas como Jocelyn Díaz Rodríguez, de 30 años, y Alicia Manayay Reyes, de 31 años,. Ellas fueron capturadas luego de realizar movimientos en diferentes tiendas con las tarjetas de crédito de sus presuntas víctimas.
Seguridad
Uno de los agraviados contó a las autoridades que habían conocido a estas dos mujeres en un bar en el distrito de Miraflores
La Policía logró ubicar y detener a dos mujeres presuntamente responsables de dopar a un grupo de tres jóvenes y haber causado la muerte de uno de ellos. Este hecho ocurrió en marzo último en el distrito limeño de Miraflores.
Las involucradas fueron identificadas como Jocelyn Díaz Rodríguez, de 30 años, y Alicia Manayay Reyes, de 31 años. De acuerdo con la hipótesis policial, las mujeres colocaron sustancias en las bebidas de estos jóvenes para robar sus pertenencias y tarjetas bancarias bajo la modalidad conocida como 'el pepeo'.
Tras ello, los jóvenes quedaron inconscientes, causándole incluso la muerte a uno de ellos. Se trata de Bruno Medina Zúñiga, de 25 años, un joven estudiante de ingeniería, quien falleció a causa de un edema cerebral tras la ingesta de estas sustancias.
Uno de los agraviados contó a las autoridades que habían conocido a estas dos mujeres en un bar en el distrito de Miraflores y luego las invitaron a su departamento.
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Captura se logró tras rastrear los movimientos de las tarjetas de crédito de las víctimas
El coronel Ricardo Espinosa, jefe de la División de Investigación de Homicidios, ofreció mayores detalles sobre la captura de estas presuntas delincuentes.
"El peor error fue que la persona de Alejandro Manuel Sánchez Gaviria decidió llevarlas a su dormitorio, salir de la vía pública y entrar a un ambiente privado. En ese ambiente privado es donde se ha desatado ya el final, porque tuvieron la posibilidad de colocarle estas sustancias somníferas a nivel de toda la lata de cerveza", manifestó.
Luego que uno de los agraviados colocara la denuncia, iniciaron las investigaciones y la Policía pudo ubicarlas en su centro de labores ubicado en el emporio comercial de Gamarra.
Esto se logró tras realizar un seguimiento de los consumos que las mujeres habían realizado en diferentes tiendas con la tarjeta de crédito de uno de los agraviados.
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