El 1 de octubre de 1984, una prometedora banda bonaerense presentó a la prensa su álbum debut homónimo. El lugar elegido fue una hamburguesería de la avenida Corrientes, algo totalmente inusual en esos años, pero parte de su declaración de intenciones artísticas.
El 27 de agosto de 1984, una prometedora banda bonaerense, formada apenas dos años antes, tenía bajo el brazo su disco debut y buscaban una manera inusual y rompedora de presentarlo oficialmente a la prensa musical. La idea vino del productor Carlos Rodríguez Ares: ¡una hamburguesería!. La propuesta les gustó a todos. El grupo era Soda Stereo.
Unos días después, el 1 de octubre de ese año, día del cumpleaños del bajista Zeta Bosio, la prensa fue citada en Pumper Nic de Suipacha entre las avenidas Corrientes y Lavalle, un local que era parte de una cadena de comida rápida y muy concurrido por la juventud de la época. Hace 38 años ocurrió ese hito que sería trascendental en la historia de una de las bandas más importantes del rock hispanoamericano.
Declaración de intenciones
Pero lo inusual de la elección, no solo respondía a lo anecdótico, sino que también conjugaba perfectamente con la propuesta artística de la banda en ese entonces, cuando ellos se definían como un "conjunto dietético".
"Somos un conjunto dietético, buscando el paraíso estético. Nuestra música es dietética. Hace adelgazar comiendo, pero ante cualquier duda consulte a su médico. Tratamos de mantener los cuerpos sanos y las mentes desaceleradas", dijeron al diario El Clarín aquel 1 de octubre.
Ese día, en un ambiente pop, entre refrescos y hamburguesas, la banda hizo sentar a los periodistas en el lugar de los comensales y, en una pantalla gigante, proyectaron su primer videoclip, "Dietético", el segundo demo de la banda, cuya filmación se hizo con equipos prestados de Cablevisión, un canal de cable donde Bosio trabajaba como asistente.
El local conjugaba perfecto con esa suerte de crítica cínica que la banda hacía a la emergente cultura de lo instantáneo y descartable, caracterizada por el culto a la autocomplacencia y a la superficialidad como obsesión.
“Fue una de las primeras cadenas de hamburguesas y tenía que ver con el espíritu de Soda, con esos decorados que tomaban algunos códigos de la new wave que rescataban íconos que venían de los 60. Tenía que ver con bandas que estaban alrededor de la música punk que eran de nuestra influencias, como The Specials”, declaró Zeta Bosio varios años después.
Pero la banda aspiraba a más durante aquella cita memorable. De hecho, querían usar prendedores con el logo del grupo, pero no se pudo concretar por falta de tiempo.
"Íbamos a hacer prendedores de Soda Stereo con las típicas tapas corona de las botellas de gaseosas, para meterlos dentro de botellas, al mejor estilo pop art", recordó Marcelo Angiolini, mánager y sonidista de la banda.
Tras la presentación del disco y las buenas reseñas musicales, la popularidad de la banda solo continuó en aumento. El 14 de diciembre de ese año, tocaron por primera vez en el Teatro Astros donde presentaron el álbum en vivo. Para esa ocasión también optaron por algo visualmente impactante: colocaron una pila de 26 televisores prendidos y fuera de sintonía, con el fondo del tema "Sobredosis de TV".
El humo, las luces y los colores reforzaban la idea "artificial" que la banda trataba de proyectar. 1984 finalizó con Soda Stereo considerada como la revelación musical del año. Lo que siguió es una historia más que conocida.
11 hits con sonido burbujeante y letras cínicas
Escuchar el primer álbum de Soda Stereo, tras 38 años de su lanzamiento, nos hace pensar en lo definido del concepto artístico del grupo: lo suyo era disfrazar una crítica mordaz a la sociedad de la época, de la que ellos no se desmarcaban, sino que, al contrario, se mostraban como felices participantes para el deleite de sus fans y el enfado de sus detractores.
El disco arranca con la festiva "Por qué no puedo ser del jet set?", una canción pop con ritmos ska y letras que aluden a la alienación, a la búsqueda desesperada de la apariencia como signo de identidad. El álbum continúa con "Sobredosis de TV", con un ritmo new wave que sigue la fiesta del primer track, con una letra que alude al onanismo, algo de lo que su productor, el legendario líder de Virus, Federico Moura, seguro estuvo orgulloso de escuchar.
Las siguientes canciones son "Te hacen falta vitaminas", con su acelerado ritmo contagiante y su emblemático solo de guitarra a medio camino; y la lenta "Trátame Suavemente", con la letra de Daniel Melero, el cuarto soda, si alguna vez hubo alguien digno de ese puesto.
Continúa "Dietético", el manifiesto de Soda Stereo en esos años de "canciones de amor con sacarina". Sigue "Tele-ka", con su percusión ska que asegura que "moverás tus pies" y la voz de Gustavo Cerati haciendo un guiño descarado al estilo vocal de Sting.
El tema siguiente es "Ni un segundo", otra oda a lo "rápido" que deben ir los nuevos tiempos, con prisa hasta para tener que bailar. Le sigue el track "Un misil en mi placard", tema bastante emparejado con el estilo de The Police, cuya letra, según Cerati, surgió tras hojear una Playboy
"En una ocasión estaba hojeando una revista Playboy, y vi una caricatura, donde un tipo encontraba un misil [consolador] en el placard [armario] de su novia", señaló.
A continuación, llegan "El tiempo es dinero", otra sátira sobre un casanova con terror a envejecer; "Afrodisíacos", un tema de las primeras épocas de la banda, con una letra que alude el estado calamitoso de alguien tras una noche de juerga "salvaje". Finalmente, llega "Mi novia tiene bíceps", con el emblemático grito "eyo!" de Zeta Bosio, y que surgió tras darle la vuelta a "Te hacen falta vitaminas".
El álbum es un digno representante de los temas en boga de la juventud de la época, con ese afán de buscar lo inmediato y superficial, en desmedro de los conceptos y las ideologías. Es música para divertirse, dirían los desprevenidos. Pero Soda Stereo iba más allá de eso: su crítica llegaba en la misma envoltura de aquello que ironizaban y, de algún modo, ridiculizaban.
Y de hecho, Soda siempre fue más en sus propuestas artísticas e intenciones, como veríamos en sus siguientes álbumes. Su debut solo fue una antesala brillante de una carrera enorme que terminó en leyenda.
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