Mediante un comunicado, los obispos expresaron su rechazo a que las vacunas confiadas a las autoridades para la investigación hayan sido utilizadas indebidamente. Cuestionaron que no se haya priorizado a los trabajadores de primera línea y pidieron sanciones para los responsables.
La Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana consideró este jueves que la crisis generada por la inoculación irregular contra la COVID-19 de un grupo de funcionarios representa una nueva cara de la corrupción y la crisis ética y de valores en nuestro país.
A través de un comunicado, los obispos calificaron como reprochable el proceder de algunas autoridades que se beneficiaron de forma egoísta con estas vacunas, anteponiendo sus intereses al del país en plena segunda ola del nuevo coronavirus. En esa línea, expresaron su rechazo a que se haya utilizado las inoculaciones de forma indebida.
“La Conferencia Episcopal Peruana expresa su rechazo a la utilización indebida de las vacunas confiadas a nuestras autoridades en bien de la investigación y la salud de todos los peruanos. Esto muestra un nuevo rostro del monstruo de la corrupción y de la crisis ética y de valores que impide la auténtica realización de la justicia y el desarrollo del país”, sostuvieron.
Piden sanciones
Sostuvieron también que la indignación generada por el ‘Vacunagate’ se agrava debido a que no se tomó en cuenta a los trabajadores de la primera línea, que desde hace un año hacen frente a la pandemia. Ante esta situación solicitaron que se investigue y sancione a los responsables, a fin de que este caso no caiga en la impunidad.
“No es posible que sigan muriendo médicos, enfermeras, policías, servidores públicos y tantos otros voluntarios, mientras que un grupo insensible busca su propio interés. Exigimos que estos hechos sean debidamente investigados y sancionados para que la impunidad no tenga más espacio entre los peruanos y, por fin, logremos trabajar en unidad y transparencia para vencer esta pandemia”, señalaron.
Correcta distribución de vacunas
Respecto a la distribución de las vacunas para los trabajadores de la primera línea, que realiza el Ejecutivo, los obispos señalaron que se debe garantizar que estas inoculaciones lleguen a quienes corresponde, además de la necesidad de que se cumple con el cronograma e forma irrestricta y sin preferencias.
“Es necesario, igualmente, que se garantice una correcta distribución y aplicación de las vacunas, un cronograma que se cumpla de manera irrestricta y sin preferencias, priorizando a aquellos que están en primera línea, cuya cuota de sacrificio y heroísmo ha sido muy alta”, indicaron.
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