Este dispositivo, además de detectar la fiebre, busca garantizar el distanciamiento social para este grupo de personas.
Walter Hector González es el arquitecto de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) que lidera el proyecto, tras resultar ganador del concurso especial “Patentes frente al COVID-19” de Indecopi, cuyo objetivo es impulsar a los inventores peruanos que deseen patentar una invención que combata al coronavirus.
Luis Palacios Rojas, arquitecto y profesor investigador principal de la UNI; Juan Molina Fuertes, ingeniero físico; Jorge Céspedes, estudiante de Ingeniería Industrial de la Universidad Tecnológica del Perú; Mateo Hayashi, bachiller de ingeniería mecatrónica de la Universidad Nacional Federico Villarreal; así como Daniel Pinillos y Ruth Luna Cruz, ambos bachilleres de Arquitectura de la UNI también conforman el equipo.
González explicó, en diálogo con Andina, que esta pulsera cuenta con un dispositivo electrónico que posee sensores de alarma sonora, vibratoria y de luces, que permiten alertar a las personas con discapacidad visual o auditiva para que prevengan un contagio del virus.
¿Cómo funciona?
“Es como cualquier reloj que se coloca en la muñeca. Es un dispositivo muy amigable que se activará, es decir, sonará o vibrará como un celular, cuando hay acercamiento de la mano al rostro, cuando alguien no respeta la distancia permitida de 1.5 metros como mínimo y detecta si una persona presenta una temperatura elevada mayor a los 37 grados”, indica Juan Luis Palacios Rojas, profesor investigador principal de la UNI.
En tanto, el ingeniero mecatrónico Mateo Hayashi asegura que este dispositivo, muy similar al smartwatch, cuenta con un sistema electrónico equipado con un sensor de distancia, que detecta cuando una persona se encuentra mínimo a 1.5 metros. También posee un sensor termográfico que capta la temperatur y usa baterías recargables de litio.
Las placas electrónicas, además, son de bajo costo y de fácil acceso. Si bien está diseñado principalmente para personas con alguna discapacidad visual o auditiva, también puede ser utilizado por adultos mayores y niños. Luego de que se desarrolle el prototipo, pasará a ser validado y, finalmente, fabricado a gran escala.
“El objetivo de este proyecto es que no solo se quede en ideas sino que sea una verdadera solución al problema. Resultar ganadores del concurso de patentes de Indecopi nos alienta a seguir adelante con este proyecto que tiene varios años de investigación, no es nada improvisado. Para nosotros el premio es la patente, esta validación sirve para postular a otros fondos de financiamiento”, dice Gonzáles.
(Con información de Andina)
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