El cuy es la figura protagónica de un evento norteño destinado a difundir sus bondades nutritivas y fomentar la crianza de los diversos ejemplares.
¿Le apetece a usted un plato con guiso de Cavia Porcellus? Probablemente la respuesta a la pregunta sea negativa y la verdad no lo culpo.
Claro, la cosa cambia si le digo que Cavia Porcellus es la denominación científica de nuestro apreciado y bien valorado animalito conocido popularmente con el nombre de cuy.
Y es que el cuy, tímido y cabizbajo como él solo, es ahora uno de los protagonistas del boom culinario que experimenta el Perú aún en los rincones más escondidos de su vasta geografía.
Para revalorar el producto en los mercados costeños y difundir sus posibilidades económicas en la crianza y la gastronomía es que se ha programado el I Festival Interdistrital del Cuy en Trujillo, evento organizado por la Gerencia Regional de Agricultura de La Libertad.
Como parte de los objetivos trazados, la dependencia estatal junto con la fuerza financiera del Proyecto Chavimochic están impulsando un interesante proyecto para fomentar la crianza grupal del cuy en zonas rurales de la provincia de Trujillo.
Teniendo como base la firma de un convenio entre ambas instituciones se logró la donación de 185 módulos de trabajo con siete cuyes hembras y un macho.
Es en ese camino que desde el año 2009 se donaron casi 1 500 ejemplares a familias de escasos recursos en zonas de Moche, Huanchaco, Laredo, Poroto y Simbal.
Precisamente, en el kilómetro 24 de la vía a Simbal, en el caserío Santa Rosa, se levantó el escenario del festival que pretende permanecer en el calendario regional durante cada mes de agosto con el fin de difundir las bondades del cuy.
Más allá de los parámetros de la cita es importante señalar que el singular animalito conocido también como cobayo va consiguiendo cada vez más adeptos debido a su alto valor alimenticio y al bajo costo de su crianza.
Seamos sinceros y que levante la mano quien no se rinde ante un preparado de cuy con papas o complementado con una generosa porción de trigo. Sin duda, una sabrosa e irrechazable proposición culinaria y con harto sabor nacional.
Nunca faltarán aquellos que muestran su aversión a nuestro cuy. Dicen que se parece a un roedor de ingrata recordación y que jamás probarán un platillo con ese animal. Allá ellos, no saben lo que se pierden.
Mientras tanto, solo resta disfrutarlo en sus diferentes presentaciones ya que se trata de un alimento reconocido por los especialistas como un auténtico manjar que, además, posee un alto valor nutritivo, poquísima grasa y mucha proteína.
Por: Jorge Rodríguez
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