Segundo Cueva Rojas, propietario de Limbar SAC, empresa que le ofrece servicios a la minera Poderosa, dijo en un dominical que los delincuentes que secuestraron a los trabajadores de seguridad nunca les solicitaron un rescate para dejarlos en libertad.
Segundo Cueva Rojas, propietario de Limbar SAC, empresa que le ofrece servicios a la minera Poderosa, reveló detalles de la emboscada que culminó con la matanza de 13 trabajadores en Pataz, en la región La Libertad.
El empresario calificó el atentado como “un acto de terrorismo” y denunció que los hombres que ofrecían seguridad a sus trabajadores fueron asesinados “fríamente”.
“En Pataz estamos expuestos a todo. El ver eso ya es para nosotros terrorismo, es como que, si ingreso, no sé si voy a salir vivo. Lo que han hecho es un acto de terrorismo, porque lo que han hecho es matarlos fríamente. Nos hacen tener miedo a los que estamos en la zona y a nuestro mismo personal”, expresó en un reportaje de Cuarto Poder.
Asimismo, Cueva Rojas reveló que los trabajadores de seguridad asesinados estaban a cargo de dos hombres conocidos con los alias de ‘Rec’ y Técnico’, este último ha sido identificado como José Ramiro Lozano Peche, según el dominical, y desapareció tras la masacre.
“Hay dos personas que se nos pegaron y nos dijeron que podían darnos servicio de vigilancia. Los conozco por sus apelativos que eran ‘Rec’ y ‘Técnico’, sus nombres ya los he dado en la declaración que he tenido con la Dirincri […] Nos basamos en su palabra”, aseveró.
En esa misma línea, el empresario manifestó que no hubo un contrato formal o escrito por los servicios de los trabajadores de seguridad y que solo tenían un acuerdo de palabra.
“Todo era de palabra, no hay nada firmado”, señaló el empresario, quien -además- dijo que les pagaban a los hombres entre 40 mil y 50 mil quincenalmente por sus servicios.
El dominical reveló que la empresa R&R, a la cual pertenecerían los trabajadores asesinados, no existe en registros públicos. Por su parte, el empresario señaló que la sigla solo era una clave interna que utilizaban los colaboradores para trasladarse entre instalaciones.
“Si bien es cierto en Libmar tenemos contrato con Poderosa, pero para pasar sus instalaciones la clave es R&R, para pasar de control en control y para poder hacer el ingreso a mina. No es una empresa tal cual de seguridad”, dijo.
Nunca se habló de rescate ni de dinero
Segundo Cueva Rojas también reveló que los delincuentes nunca les solicitaron dinero para dejar en libertad a los trabajadores.
“A nosotros nunca nos han pedido esa suma millonaria de cuatro millones ni nada. Nunca hemos tenido comunicación con ellos por esa naturaleza de que nos estén pidiendo dinero. […] Solamente de pared a pared había una conversación. [Nos decían] no rasquen, no traten de comunicar porque si ustedes quieren rascar y comunicar los vamos a matar”, relató.
De acuerdo con el dominical, el objetivo real de la emboscada habría sido llevarse el oro que se encontraba dentro del socavón. Según el empresario, en el interior se albergaba un aproximado de 200 toneladas de este mineral, que desapareció tras el atentado.
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