Tratos humillantes, castigo físico y hasta abuso sexual. Estos son solo algunos de los cargos que se consignan en las más de 100 denuncias de violencia por parte de personal educativo contra estudiantes que han sido reportadas en el portal SíSeVe del Ministerio de Educación. ¿Por qué siguen aumentando estas cifras?
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Casos de violencia escolar por parte de docentes han aumentado desde el 2019, según el Ministerio de Educación.
Solo entre enero y febrero de este año se han reportado 157 denuncias de violencia por parte de docentes y personal administrativo de las escuelas contra los alumnos, según el portal Síseve del Ministerio de Educación. De acuerdo a un análisis realizado por RPP Data, esta cifra supera a las que se registraron en el mismo periodo del 2023, donde se contaron 95 casos. Incluso, si revisamos los datos prepandemia, encontramos que ya se superaron las denuncias registradas en el 2019, año en el que se llegó a 109 denuncias en los dos primeros meses del año.
Si bien, esto significa que las familias y los mismos estudiantes están tomando más conciencia sobre la importancia de denunciar los abusos, esto no es lo único que se debe considerar, señala la psicóloga especializada en formación docente, Vanessa Toribio. "Esto también indica que las estrategias actuales para prevenir y abordar la violencia no están funcionando como deberían. Más aún si consideramos que existe un subregistro de casos", comenta.
Políticas del Minedu ineficientes, según expertos
Los reportes ante el Ministerio de Educación dan cuenta de 94 casos de violencia psicológica como trato humillante, discriminación y violencia verbal; 17 casos de castigo físico y 46 de violencia sexual en delitos como hostigamiento, tocamientos y hasta violación sexual.
En noviembre del 2023, la ministra de Educación, Miriam Ponce, aseguró a RPP que habían enviado un proyecto de ley al Congreso de la República para que los maestros sean retirados mientras duran las investigaciones por hostigamiento sexual, entre otros delitos. Actualmente, el proyecto continúa en la Comisión de Educación, Juventud y Deporte, de acuerdo a la página web del Poder Legislativo.
"La implementación efectiva de las sanciones anunciadas por el Ministerio de Educación aún presentan vacíos (...) Los cambios anunciados no se han promulgado y esto sugiere una falta de priorización y decisión política para abordar de manera integral y contundente la violencia en las escuelas", afirma Toribio.
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Por su parte, el psicólogo educativo Luis Basadre alerta que muchos docentes que son destituidos y sacados de las aulas logran regresar al trabajo a través de apelaciones. “Existe todo un sistema perverso de corrupción que establece la posibilidad de impunidad frente a estos casos de violencia”, señala.
El año pasado, desde RPP Data reportamos que en la primera mitad del 2023 se habían reportado más de 3 mil casos de violencia por parte de personal educativo hacia estudiantes. Basadre agrega que “más del 46% de estos casos no fueron registrados en el Sistema de Monitoreo de Expedientes [del Minedu], lo que implica que no se les puede sancionar y, si en dos años estos casos no son registrados, la denuncia caduca”.
Para la experta en educación Sandra Carrillo, a esto se le suma que los procesos sancionadores parecen funcionar mejor en las escuelas urbanas donde hay mayor conectividad y accesibilidad, que en las escuelas rurales, donde el solo hecho de designar a un profesor "es una proeza". “Si estos profesores tienen denuncias de violencia y el sistema los retira, se hace complicado reponer a otro profesor en la zona. La comunidad muchas veces [se ve obligada a] evaluar el tema de quedarse sin profesor y ponen en la balanza si realmente vale la pena denunciar o no”, agrega la experta, quien también es investigadora del Instituto de Estudios Peruanos.
Salud mental para docentes
La psicóloga Vanessa Toribio agrega que detrás de estos actos de violencia por parte de los profesores y administrativos existen muchas razones como la falta de habilidades para el manejo de conflictos, la cultura institucional que normaliza el castigo y las medidas disciplinarias violentas normalizadas. "Por ello es fundamental que las políticas y los programas no se centren solo en medidas punitivas, sino que también aborden las causas de estos comportamientos. Esto implica trabajar en la modificación de las creencias o actitudes de los docentes y el personal promoviendo una cultura basada en el respeto y empatía en las escuelas", propone.
El experto Luis Basadre coincide. "Este aumento de casos nos demuestra que hay que abordar el problema de salud mental como un tema transversal en el sistema educativo peruano. No solamente atender la salud mental del estudiante, sino también de los maestros y de los directivos", manifiesta.
Las consecuencias de este tipo de violencia son ausentismo, deserción escolar, desmotivación y episodios de estrés y ansiedad en los menores, según los especialistas consultados para este informe. Además, también se normaliza la violencia como una forma aceptable de resolver conflictos o ejercer control sobre los demás.
La investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) Sandra Carrillo considera que la escuela debería ser un espacio para transformar la sociedad y plantear una forma distinta de hacer las cosas; sin embargo, esto no está ocurriendo.
"Los estudios que hemos visto a nivel de violencia, de relaciones sociales de género o de estereotipos y creencias, demuestran que la escuela está reproduciendo todo lo que ocurre afuera. Estamos en un proceso de crisis social, donde el colegio debería ser un espacio para tener pensamiento crítico", sostiene.
Por eso se hace urgente y necesario que tanto el Estado como la comunidad educativa atienda estos casos de forma eficiente. "El tema no pasa por hacer más leyes o normativas, si no por conseguir que se cumplan las que ya existen", apunta Basadre. De ser efectivas, ya podríamos sancionar y retirar del sistema educativo a estos malos maestros que ponen en riesgo el desarrollo de nuestros estudiantes.
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