Ante ello, el 50% de los peruanos prefiere ir a una farmacia cuando tiene un problema de salud o acudir de frente a los hospitales, lo que genera una saturación de pacientes.
El primer nivel de atención debería ser la primera opción a la que recurrir si una persona quiere prevenir algún problema de salud o tratarlo, ya que cuenta con postas médicas, policlínicos, consultorios, centros de salud y centros médicos.
Sin embargo, la situación de estos establecimientos en el país es crítica. “Lo que sucede es que cuando una persona va a un establecimiento de salud [de primer nivel] encuentra una falta de infraestructura”, explica Janice Seinfeld, directora ejecutiva de Videnza Consultores.
Brechas en las instalaciones
Así, tenemos que el 97% de establecimientos del primer nivel de atención en Perú tiene una capacidad instalada inadecuada, según el último informe del Ministerio de Salud “Diagnóstico de brechas de infraestructura y equipamiento del sector salud al 2021”.
Tener capacidad instalada inadecuada significa, según menciona el informe, que la infraestructura y el equipamiento de los servicios de salud no se encuentran de acuerdo a lo establecido por el mismo ministerio.
A nivel nacional los departamentos de Callao, Lambayeque, Loreto, Madre de Dios, Tacna y Ucayali son los que presentan un diagnóstico más preocupante, ya que el 100% de sus establecimientos de salud tienen capacidad instalada inadecuada.
Consecuencias de las brechas en el primer nivel
Esta situación tiene consecuencias en la calidad del servicio sanitario. Seinfeld comentó que actualmente el 50% de las personas que necesita atención médica acude en primer lugar a una farmacia. Esto es un problema de salud pública porque en las farmacias no se puede hacer seguimiento ni monitoreo a los pacientes.
Por otro lado, al no tener un primer nivel de atención fortalecido, muchas personas prefieren ir a hospitales, cuando la atención podría darse en el primer nivel. Esto genera una congestión innecesaria de pacientes.
Además, la situación de los hospitales de segundo y tercer nivel tampoco es buena. El 96% de estos presenta capacidad instalada inadecuada, según el mismo informe del Minsa.
Por último, los centros del primer nivel deben estar enfocados en la prevención de enfermedades y el monitoreo de pacientes con enfermedades crónicas. Si la capacidad de estos establecimientos no es buena, la preveción tampoco lo será. Los especialistas coinciden en que fortalecer y mejorar la infraestructura de estos establecimientos es más que urgente, sobre todo en medio de una pandemia.
Comparte esta noticia