El maltrato animal no solo es un acto reprochable, sino también un delito sancionado por la ley en el Perú. Aun así, muchas personas no saben cómo actuar cuando son testigos de uno. ¿Qué mecanismos legales permiten intervenir ante estos casos?
El maltrato animal es una realidad lamentable que, además de ser moralmente inaceptable, constituye un delito sancionado por la ley peruana. En el país, la protección de los animales está respaldada por la Ley Nº 30407, una norma vigente desde 2016 que reconoce a los animales como seres sensibles y promueve su bienestar integral. Esta ley no solo establece principios de protección, sino que también incorpora al Código Penal sanciones específicas para actos de crueldad y abandono.
Uno de los aspectos más relevantes de esta ley es precisamente ese reconocimiento de los animales como seres sensibles, lo que significa que tienen capacidad de sufrir y disfrutar, y por lo tanto merecen un trato digno. Con la inclusión del artículo 206-A en el Código Penal, se tipifica como delito cualquier acto de crueldad o abandono hacia un animal, estableciendo penas que pueden incluso llevar a la cárcel a los responsables.
Según explica el abogado y activista por los derechos de los animales, Manuel Bartra, cualquier persona que sea testigo de un acto de maltrato animal puede interponer una denuncia. Esta puede realizarse en la municipalidad distrital correspondiente, en una comisaría o directamente en la Fiscalía. Lo recomendable es acudir primero a la autoridad más cercana, informar lo ocurrido y presentar pruebas si es posible. Un video grabado desde un celular, por ejemplo, puede ser un elemento valioso para sustentar la denuncia.
Bartra afirma que, una vez hecha la denuncia, la autoridad está legalmente facultada para intervenir. Si la integridad del animal está en riesgo, se puede coordinar un rescate inmediato. El procedimiento implica acudir al lugar donde ocurrió el hecho, entrevistar a los involucrados, constatar los hechos y reunir pruebas suficientes para sostener una acusación sólida. En casos graves, el responsable podría enfrentar sanciones penales e incluso prisión.
Indica, además, que la Ley Nº 30407 establece una definición de bienestar animal que va más allá de la salud física. Incluye el estado mental y emocional del animal, considerando como maltrato las condiciones que generen estrés, miedo o sufrimiento innecesario. Por ejemplo, mantener a un animal en un espacio demasiado pequeño o sin posibilidad de comportarse de manera natural, también puede ser considerado un acto de crueldad.