Muchas de las reclutadoras son quechua hablantes, en su mayoría de Cusco, según la investigación "Madre de Dios la ruta del oro: entre el cielo y el infierno".
Actualmente la captación de las víctimas de explotación sexual está a cargo básicamente de mujeres jóvenes, de 23 años en promedio, que antes padecieron esa misma situación y ahora encuentran en el ejercicio de ese delito una fuente de ingreso que no tendrían si volverían a sus lugares de procedencia, según un estudio difundido este martes.
La investigación "Madre de Dios la ruta del oro: entre el cielo y el infierno. Estudio sobre la trata de niñas y adolescentes con fines de explotación sexual", financiada por Terre des Hommes- Suisse, detalla que muchas de las reclutadoras son quechua hablantes, en su mayoría de Cusco.
Tienen en común no haber culminado el colegio y, por lo tanto, tampoco tienen oportunidades para incorporarse al mercado laboral legal, explica la investigadora y abogada Carmen Barrantes, quien detalla que se analizaron 40 casos de víctima de trata sexual y 13 expedientes en manos del Ministerio Público del Cusco.
"Como las víctimas, (las reclutadoras) también proceden de familias que viven en pobreza extrema, hijas de madres ausentes (muerta o lejana), un padre expulsor y violento. Entre regresar a esa realidad y encontrar en la captación de víctimas una alternativa de sobrevivencia, eligen lo segundo", comentó a la agencia Andina
El hallazgo resulta de suma importancia, sostiene Barrantes, porque todavía el control de los pasajeros que viajan con frecuencia entre Cusco, Puno y Madre de Dios recae en los varones y no en mujeres que podrían ser reclutadoras, lo cual lleva a las autoridades a perseguir personas equivocadas.
Según la información sistematizada, el perfil de las víctimas puede dividirse en dos, tal como lo reconocen los mismos criminales "Las ojotitas" y "Las A1".
Las primeras son campesinas quechua hablantes del Cusco que migran a Madre de Dios para poner fin a la herencia de pobreza familiar, mientras que las segundas son adolescentes urbanas de ciudades andinas o amazónicas que tienen satisfechas sus necesidades básicas y aspiran a los beneficios del mundo moderno.
Falsas promesas
Durante la presentación de los resultados, Barrantes también refirió que en base a tres falsas promesas las niñas y adolescentes -sobre todo de la provincia de Quispicanchis, la más pobre de la región cusqueña- aceptan salir de su tierra para aventurarse a la búsqueda de nuevas oportunidades.
La primera promesa es que ganarán un sueldo mayor al que reciben, entre S/. 800 y S/. 1,200; la segunda que trabajarán en oficios poco exigentes como cajera, moza, cocinera y hasta de cuidadora de bebés; y la tercera, que las labores las desarrollarán en Puerto Maldonado, un lugar "cálido", en oposición al frío clima de sus zonas.
Las víctimas de trata sexual del estudio laboran en la zona de La Pampa, ubicada en el kilómetro 108 de la Carretera Interoceánica, y son principalmente de Cusco (10%), Lima (2,48%) y Puno (1,1%).
"Se estima que en Madre de Dios existen en la actualidad 2,000 mujeres que son víctimas de trata sexual", manifestó Barrantes, quien realizó el estudio conjuntamente con el sociólogo Gonzalo Escalante.
Terre des Hommes- Suisse es una institución que desde hace una década trabaja en Madre de Dios para combatir el problema de trata laboral y sexual en niños, niñas y adolescentes.
Participaron en la presentación del libro el presidente de la Junta de Fiscales Superiores de Cusco, José Manuel Mayorga Zárate; el jefe de la Oficina de la Defensoría del Pueblo de Madre de Dios, Guimo Loaiza; la coordinadora nacional de Terre des Hommes- Suisse, Lizbeth Vergaray Arévalo; Luz Marina Figueroa coordinadora del colectivo de ONGs del Programa Global de Lucha contra la Trata y la Explotación laboral infantil.
ANDINA
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