Muchos niños de su comunidad no tienen un celular para comunicarse con sus maestros y enviar sus tareas. Los que cuentan con uno tienen que esperar hasta la tarde para caminar 5 kilómetros y poder conectar a la señal.
Una menor de 13 años se convirtió en profesora de un grupo de alumnos de la comunidad de Mayrasco, en el distrito cusqueño de Santiago, debido a que no pueden comunicarse con sus maestros por la falta de señal de telefonía celular e internet.
Rosmery Raibe Quispe con cuaderno en mano y teniendo las chacras como aula, repasa con sus pequeños vecinos, algunas lecciones, como la tabla de multiplicar.
Ella indicó que asumió ese papel debido al abandono y la poca preocupación de las autoridades por la educación en su comunidad.
Rosmery Raibe es estudiante del tercer grado de secundaria del colegio Cecilia Túpac Amaru y manifestó que no sabe nada de sus maestros, pues no tiene celular.
Ella se pone al día en sus clases, prestándose cuadernos de sus compañeros que, si cuentan con un teléfono móvil, y que salen a buscar señal caminando hasta cinco kilómetros por varias horas.
Rosmery está convencida de que se aprende mejor teniendo al profesor al frente, pero la pandemia por la COVID-19 lo impide.
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