Graciela Azabache Asmat es parte de la historia de la marinera pues lleva toda una vida dedicada a la confección y bordado de vestidos.
Enero es el mes de la marinera en Trujillo y Graciela Azabache Asmat vive esta tradicional fiesta de una manera diferente. Desde hace 50 años, ella confecciona a mano vestidos para el tradicional concurso de esta danza nacional.
"Ahora demoro, pero antes un vestido yo lo hacía en 15 días... Ahora confecciono poco, solo cuando una amiga me recomienda porque el bordado es a mano, hay bastante trabajo", señala Graciela al recibirnos en su acogedor taller de Moche.
Cuenta que empezó este oficio desde muy joven con lo cual trajo parte de la fiesta de marinera a su hogar. Con sus manos trabajadas, muestra el bordado azul que ha realizado sobre el fustán blanco que lucirá una concursante este año.
Es delicado y hermoso, como todo el arte hecho a mano. Dice que antes, este bordado lo hacía en 15 días, pero este último fue un pedido desde hace seis meses y el cual realizó sin apuros, sino de una manera tranquila, como la vida que tiene ahora. ""
Recuerda que cuando joven confeccionaba varios vestidos a la vez y con total dedicación. Ahora, 50 años después, solo elabora pocos vestidos y solo si se trata de un encargo especial. Graciela lamenta que los bordados que le costaron tantas noches en su juventud, ahora puedan realizarse en minutos con máquinas industriales.
"El resultado del bordado de la máquina no es el mismo, les ponen una tela que deja tieso al bordado, en cambio, lo que yo hago es solo puro hilo. El acabado es otro, definitivamente", asegura.
Ella indica que el precio de los vestidos pueden variar de precio de acuerdo al tamaño y estilo, sin embargo, indicó que en promedio el costo es de mil 500 soles.
Graciela deja poco a poco el trabajo de la confección de trajes pero su experiencia y arte, sin duda, la ha colocado como parte de la historia de la celebración de la marinera y la elegancia de esta danza.
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