El equipo de investigadores concluyó que los niños sacrificados no solo fueron elegidos del pueblo Chimú, sino también de la más alta élite. Al menos una decena de menores de esa clase social fueron encontrados.
Un nuevo hallazgo de 132 restos óseos de niños ha elevado a 269 las víctimas del masivo sacrificio ritual producido hace nás de 550 años en el litoral de Huanchaco, en la provincia de Trujillo (La Libertad).
Este nuevo descubrimiento, a cargo del equipo que lidera el arqueólogo peruano Gabriel Prieto, se produjo en la zona de Pampa La Cruz, ubicada a kilómetro y medio de Huanchaquito-Las Llamas.
Pero ¿quiénes eran estos niños? El equipo de investigadores ha determinado que los niños sacrificados no solo fueron elegidos del pueblo Chimú, sino también de la más alta élite. Así lo concluyeron tras hallar telares decorados con plumas de aves exóticas y con motivos de dioses.
Prieto informó que hasta el momento se han registrado 10 niños de la élite chimú, quienes fueron elegidos para ser sacrificados junto a los demás menores.
El arqueólogo nativo de Huanchaco afirmó que, en uno de los entierros, el personaje había sido vestido con una camisa decorada con plumas de guacamayos de color azul, amarillas y rojas, las cuales posiblemente habrían sido traídas de las zonas que ahora ocupan las regiones de Madre de Dios y Ucayali.
Asimismo, se encontró un tunante decorado también con plumas de color azul.
Los otros hallazgos: telares
Además, se encontró un vestido que también presenta pigmentos azules, pero que también tenía decorados con personajes que estarían asociados a los dioses chimú y otro tunante que tienen decorados con piedras tipo chaquira.
Otro de los cuerpos fue encontrado envuelto en un gran telar de 2,55 metros de largo por 1.55 metros de ancho, que también presenta finos acabados; el cual, según Prieto, habría también sido usado para decorar algún espacio importante en Chan Chan.
“En total son 15 piezas de telares finas, además de conchas de spondylus, los cuales nos hacen concluir que se trabajan de niños que pertenecían a la élite chimú”, indicó.
Prieto afirmó que en el sector Pampa La Cruz se han registrado cuatro eventos de sacrificios, siendo el primero el del año 1200 y el más tardío con fecha de aproximadamente entre 1470 y 1500.
Indicó, asimismo, que gracias la nueva información, producto de las excavaciones, se sabe que el primero de los sacrificios estuvo asociado a conmemorar la conquista o el proceso de conquista de los Lambayeque.
“El estilo o la forma como se han decorado las piezas de tela tienen mucha similitud con los Lambayeque, pero la forma como fueron tejidas las telas tienen el sello indiscutible chimú; sin embargo, eso no quiere decir que los sacrificados sean niños de esta segunda cultura, sino que es una inversión social hecho por esta sociedad para destacar este supuesto gran acontecimiento”, aseveró a la agencia Andina.
Es necesario destacar la presencia de cinco mujeres, entre los 17 y 21 años, que han sido encontradas con los niños, quienes también habrían tenido un papel importante en la sociedad chimú.
El cuchillo del sacrificio
Otro de los hallazgos importantes es el del cuchillo con el que se habría sacrificado a los niños, el cual es revestido con cobre con forma de hongo y que al moverlo emite el mismo sonido que una sonaja, que quizás hubiera sido lo último que escuchaban los menores antes de ser sacrificados.
“Estos datos nos llevan a decir que los chimús tenían un importante programa de sacrificios de niños como parte de la inversión social que hacían, debido a que los niños representan lo más valioso”, manifestó.
Solo se ha excavado el 30%
El también profesor de arqueología de la Universidad Nacional de Trujillo informó que la zona ha sido excavada apenas en un 30 por ciento y que aún hay mucho misterio por resolver.
En ese sentido, anuncio que desde marzo iniciará un nuevo ciclo de excavaciones que durarán cinco meses, a fin de poder reconstruir parte de la zona y entender mejor estos sacrificios de niños.
El estado de conservación
Las piezas que han sido encontradas en Pampa La Cruz y Huanchaquito por ahora son preservadas en la Universidad Nacional de Trujillo, donde también son sometidas a un riguroso proceso de conservación.
El conservador Andrés Shiguekawa Castañeda indicó que cuando llegan las piezas a laboratorio primero se evalúa el estado de conservación de las mismas, y luego el tipo de procedimiento a emplear sobre el objeto, la tela o el metal encontrado, a fin de fortalecer la materia prima. Y finalmente se guarda en un depósito hasta una próxima vez.
Información de Andina
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