La encargada de aplicar las pruebas rápidas era una estudiante de ingeniería ambiental y el dueño, un odontólogo.
La Policía intervino una clínica particular en Juliaca, región Puno, donde se realizaba pruebas rápidas de la COVID-19 y sin contar con la autorización del sector Salud y profesionales competentes.
En la clínica “Centro Médico Mikella Med”, ubicada en el jirón 8 de noviembre, se encontró a tres trabajadores y al dueño del establecimiento.
Los que operaban en el lugar eran Silvia Cucho, de 24 años, estudiante de ingeniería ambiental, realizaba las pruebas de descarte; Susana Anco, de 52 años, se desempeñaba como recepcionista y Edy Quispe, de 39 años, mecánico de profesión, era ayudante.
Y por último, el odontólogo Yasmani Vega, de 34 años, era quien dirigía el negocio.
Por su parte, el jefe del grupo terna de Juliaca, Jonathan Bonnett, informó que los ambientes del establecimiento se encontraban sin garantía sanitaria para la atención de pacientes.
Hasta el lugar llegó el gerente de Fiscalización y Control de la Municipalidad Provincial de San Román - Juliaca, Gerardo Quispe, quien señaló que la clínica sí contaba con la licencia de funcionamiento, pero precisó que la cancelarán por infringir las normas vigentes.
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