Por si faltaran espacios de enfrentamientos y fuerzas sociales proclives al fanatismo y la violencia, el día de ayer estalló un conflicto abierto entre el centenario club de fútbol Alianza Lima y la Iglesia evangélica del Alto Aposento.
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Martín Vizcarra concedió este lunes una larga entrevista al canal estadounidense CNN en español. El presidente afirmó que “la corrupción se alimenta del narcotráfico” y reiteró que su gobierno está decidido a librar una guerra sin cuartel contra la corrupción y sus aliados en el sistema judicial y la clase política. El periodista Camilo Egaña le preguntó si el Perú vivía “una situación política de esperpento” expresada en el hecho de que cuatro de sus últimos presidentes se hallen implicados en casos de corrupción, de los cuales uno se halla prófugo en Estados Unidos, otro ya estuvo en prisión a título preventivo y un tercero se vio obligado a renunciar.
Vizcarra hizo un elogio de la honestidad de los peruanos e insistió en la confianza que nuestra economía sigue despertando en el extranjero, como lo evidencian los recientes proyectos mineros de Quellaveco, Mina Justa y Toro Mocho. El presidente sostuvo sin embargo que no se privará de ningún recurso constitucional para llevar a cabo reformas, en una clara referencia a la eventualidad de disolver el Congreso, si se produjera un nuevo voto de desconfianza al gabinete ministerial.
Defensas en el Congreso
Mientras Vizcarra defendía su gestión presidencial, la Subcomisión de Acusaciones constitucionales recibió sucesivamente a los denunciados Héctor Becerril, Pedro Chávarry y Duberlí Rodríguez. Keiko Fujimori fue testigo del caso Becerril, mientras que el suspendido juez César Hinostroza lo fue en el caso del Fiscal Chávarry. Por supuesto que los tres denunciados juraron en todos los tonos no tener ninguna complicidad con la corrupción, pero ni Hinostroza ni Chávarry recordaban un solo nombre de los periodistas con los que se reunieron en casa del detenido empresario Antonio Camayo.
En estas circunstancias, el antecesor de Chávarry, Pablo Sánchez volvió a repetir que su sucesor debería dar un paso al costado mientras duren las investigaciones de que es objeto, a fin de preservar la buena imagen del Ministerio Público. Chávarry descartó toda posibilidad de renuncia y se dijo víctima de una satanización de la parte de ciertas bancadas y diarios, reconociendo implícitamente que su permanencia en el cargo depende de la bancada fujimorista. Dentro de cinco días el congresista Juan Sheput deberá presentar su ponencia sobre Chávarry, después de lo cual la Subcomisión someterá la suerte de Chávarry al voto de una sesión plenaria.
Una nueva forma de intolerancia
Por si faltaran espacios de enfrentamientos y fuerzas sociales proclives al fanatismo y la violencia, el día de ayer estalló un conflicto abierto entre el centenario club de fútbol Alianza Lima y la Iglesia evangélica del Alto Aposento. Dicha iglesia es propiedad privada del autodenominado pastor Alberto Santana, quien después de haber sido fallido candidato aprista al Congreso en el 2001, sostiene ahora que obedece a “un llamado de Dios”. Esgrimiendo títulos de propiedad establecidos el 2016 por la SUNARP, año en el que dio su apoyo a la campaña de Keiko Fujimori, el pastor y sus seguidores se apoderaron de un espacio en las afueras del popular estadio Alejandro Villanueva, en el distrito de La Victoria, ubicando tabiques y borrando los símbolos blanquiazules del Alianza Lima.
Esta apropiación motivó una aguerrida respuesta de barras aliancistas que, oh sorpresa, contaron con el respaldo moral de barras de su tradicional rival, Universitario de Deportes. La policía logró dispersar a los fieles neo-pentecostales y a los barristas, con un saldo de un herido y un puñado de detenidos. Pero estamos avisados: ha aparecido en nuestro país una nueva forma de intolerancia, la que supone que un jefe autoproclamado reciba órdenes directamente del Ser Supremo, pasando por encima de leyes e instituciones. Es dudoso que esa actitud corresponda con las enseñanzas del Evangelio, es seguro que contradice los principios de nuestra constitución.
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