Por primera vez en una década, Perú puede exhibir cifras en azul en desarrollo social, liderando el crecimiento social entre los 18 países latinoamericanos, según estudio.
Perú obtuvo el mejor desempeño en la efectividad de sus políticas sociales en el ranking latinoamericano, producto del incremento en todos sus indicadores sociales, lo que le permitió pasar del puesto 14 al 6 en el Índice de Desarrollo Democrático 2013, según un informe difundido en Alemania.
El mérito de Perú es mayor porque, según la fundación Konrad Adenauer y la consultora argentina Polilat, responsables del estudio, la debilidad institucional y el fin de un "boom" económico han hecho retroceder levemente al resto de América Latina en sus indicadores de desarrollo democrático sin reducir las desigualdades sociales.
Por primera vez en una década, Perú puede exhibir cifras en azul en el desarrollo social, liderando el crecimiento social entre los 18 países latinoamericanos, que continúan la tendencia negativa del año anterior, con un generalizado deterioro en los indicadores que miden la calidad del desarrollo social y humano en la región, indica el estudio.
Incluso, Ecuador y Bolivia, donde sus gobiernos han priorizado los presupuestos en inversión social, siguen rezagados frente a Brasil, Argentina, Chile y ahora Perú.
El estudio internacional, que mide el poder efectivo de la democracia para gobernar la dimensión social, toma como referente cifras del último monitoreo de Naciones Unidas que indican que la pobreza extrema en Perú se redujo a 11.5%, con lo cual nuestro país cumplió con uno de los objetivos del milenio.
El otro estudio es del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), referente al Índice de Desarrollo Humano, en el que nuestro país muestra un avance significativo, principalmente en ingreso per cápita, el descenso de la mortalidad infantil y el haber logrado que más de medio millón de personas dejen de ser pobres en el 2012.
Sin embargo, señala también el informe, todavía hay 7.8 millones de peruanos que permanecen en esta condición. Esa es la población que recibe asistencia focalizada de los programas de inclusión social.
Cerrar la brecha de acceso al agua potable, en que nuestro país ocupa el primer lugar en desigualdad en América Latina, pese a la millonaria inversión realizada por anteriores gobiernos, es otro reto.
La diferencia entre la parte de la población más rica que tiene llegada a dicho servicio y la más pobre, sin acceso al agua, alcanza 57%.
“Revertir las fallas estructurales que llevan a una profunda inequidad en la distribución de la riqueza en América Latina es más complejo y tomará más tiempo”, concluye la duodécima edición del Índice de Desarrollo Democrático (IDD-Lat), donde 11 de las 18 naciones analizadas este año han empeorado su registro.
Andina
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