Según la prensa local, un ex trabajador de Business Track delató a los presuntos implicados en el ´chuponeo´ y detalló el sistema usado por los mismos.
El "Petrogate" peruano también tendría a su "garganta profunda", pues según informan medios de comunicación local un ex agente de la Dirección de Inteligencia de la Marina de Guerra fue quien reveló la presunta mafia que interceptó los teléfonos de Rómulo León Alegría, Alberto Químper y Fortunato Canaán, entre otros involucrados en las negocaciones para la adjudicación de lotes petroleros en favor de Discover Petroleum.
Según el diario La República y El Comercio, se trata de un ex trabajador de Business Track (BTR) que fue despedido y al cual la empresa debía dinero, por lo cual decidió acercarse a la Fiscalía y denunciar la supuesta red de espionaje.
Ambos diarios relatan que el colaborador, asignado con el número 000917-2008, indicó que en marzo del 2008, el gerente general de BTR, el contralmirante en retiro Elías Ponce Feijóo, entregó al técnico Jesús Tirado seis páginas en las cuales figuraban diferentes números telefónicos móviles y fijos para elaborar un organigrama o flujo de comunicaciones.
Posteriormente, entre mayo y junio, el técnico en actividad Jesús Ojeda entregó a Tirado un dispositivo de almacenamiento USB con audios que registraban las conversaciones sostenidas entre Romulo León Alegría, Alberto Químper, el ex ministro Abel Salinas y el empresario dominicano Fortunato Canaán.
"Dichas conversaciones estaban relacionadas con la venta de lotes petroleros y de concesiones para la construcción de hospitales", dijo el ex trabajador de BTR según consta en la resolución judicial obtenida por ambos medios.
El informante señaló también al capitán de fragata Carlos Tomasio como socio de Ponce Feijóo y que el técnico en actividad de la Dirección de Inteligencia de la Marina Marín Fernandez Virhuez conseguía los listados o récords telefónicos de las diferentes compañías.
Asimismo, el ex trabajador manifestó que Giselle Giannotti Grados laboraba en BTR como representante de ventas y era la encargada de negociar los audios.
De acuerdo a la misma versión, las interceptaciones telefónicas se realizaban en el local de la emprsa en la avenida Salaverry 2007, donde la Policía halló equipos de comunicaciones, y desde un inmueble en la avenida Santa Cruz 254, San Isidro, propiedad de la unidad de contrainteligencia de la Marina.
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