Se realizan propuestas, pero se recuerdan los golpes. Los debates presidenciales de segunda vuelta suelen ser la cima a la que llegan los candidatos para definir la recta final de cara a la última votación. En esta nota repasamos qué nos dejaron los últimos enfrentamientos entre presidenciables.
Los debates presidenciales suelen ser recordados por frases épicas o ataques certeros, más que por las propuestas expuestas por los candidatos en competencia. Diversos análisis dan cuenta de que en estas instancias no solo lo racional entra a tallar, sino que lo emocional es también determinante en la toma de decisiones electorales. Las Elecciones 2021 no son la excepción.
Aunque la teoría política no se ha puesto de acuerdo en si los debates son claves para cambiar la intención de voto de los electores, la observación y el análisis de los últimos encuentros entre presidenciables nos dan pistas o indicadores de que una frase con alto grado de recordación, a modo de 'jab' bien dirigido a la mandíbula del contrincante, puede determinar el rumbo de una segunda vuelta.
Basta con recordar el enfrentamiento de 'pelonas' en la campaña electoral de 2016.
"Aunque no tengamos la evidencia científica exacta, los dos debates, que PPK tuvo en la campaña de 2016, sí fueron cruciales", sostiene el periodista y analista político Fernando Vivas. "En el primero [a PPK] se le notó desvaído, pero en el segundo sí demostró lo que —no lo voy a decir muy académicamente— pero la gente quería saber si el viejo aún soplaba. Y sopló.
En la previa a la segunda vuelta de 2016, Keiko Fujimori lideraba las encuentras y Pedro Pablo Kuczynski la seguía de cerca. Se realizaron dos debates, el primero, en efecto, mostró a un PPK que no quiso entrar de lleno en el juego de intercambios y se dedicó a recibir los derechazos de una aplicada Fujimori. Aquella primera fecha culminó con la candidata recordándole a su rival que años antes él mismo había pedido votar por ella, y coronó con el "cómo has cambiado pelona" de Nicomedes Santa Cruz.
Una semana tuvo PPK para recuperarse. "A la asesoría de nueva gente que entró a apoyarlo en ese tramo crucial de la campaña es que pudo replicarle a Keiko. En la semana de por medio hubo expectativa, hubo suspenso, todas esas reglas dramáticas... Keiko sembró, sin querer, lo que iba a ser la réplica de PKK. Y, en el debate, como en la vida, como en los chistes, como en las frases, quien ríe al último, ríe mejor. Y gana", comenta Vivas.
El periodista remata destacando la importancia de que este debate se haya realizado en dos 'rounds', con una marcada recuperación de PPK entre uno y otro. Mientras que ahora Pedro Castillo y Keiko Fujimori se batirán en un solo encuentro.
FIGURITAS REPETIDAS
Las campañas anteriores a las del 2016 tuvieron un candidato recurrente. Ollanta Humala, el líder del nacionalismo, se presentó en dos facetas, con cinco años de diferencia. En la campaña del 2006 se paseaba con un polo rojo y una lista de propuestas controversiales que colocaron a su rival, el experimentado Alan García, en una posición perfecta para sacar réditos políticos.
Así comenzó el debate antes de la segunda vuelta de ese año. "Este debate, al que llegamos después de algunos contratiempos, debió comenzar a las 8 de la noche, pero por causas que no son nuestras, comienza 20 minutos tarde", dijo García.
Humala no perdió tiempo, esquivó la indirecta y replicó directamente: "La demora no se ha debido a mí, sino que hemos tenido unos simpatizantes apristas que nos han dado la bienvenida en el camino".
Cinco años después, con polos y camisas blancas que representaban su moderación, Ollanta Humala, al terno, se enfrentó a Keiko Fujimori en la segunda vuelta de la campaña 2011. En aquella ocasión, más que puyazos, lo que se hizo fue un repaso de todos los 'chicharrones' que cargaban ambos candidatos. Entre propuestas, se recordaron en más de una ocasión acusaciones, presuntos delitos y demás.
Desde aquel entonces, los candidatos en segunda vuelta ya peleaban por un público que se ha mantenido a lo largo del tiempo: los indecisos. "En todas las elecciones, normalmente quienes deciden al final son mujeres de niveles socioeconómicos más bajos. Y algo, más o menos nuevo, es la gente joven, de 39 para abajo. Ahí está el segmento de personas", indicó el psicólogo social Hernán Chaparro a RPP Noticias.
Con estos antecedentes, ahora tenemos frente a frente a Pedro Castillo y Keiko Fujimori. De este debate, que se realizará en Arequipa, se espera seriedad en las propuestas, sobre todo para convencer a un electorado que ha perdido la confianza en la clase política.
El contexto, sin embargo, indica que una gran mayoría ya ha decidido su voto. "La gente que ya decidió, por uno u otro candidato, ya tiene un vínculo", agrega Chaparro. "Puede que algunos cambien, pero ya es menor. La gente que no está decidiendo es porque no se termina de convencer, porque puede haber un tema de confianza u otro sector que necesita argumentos. Ambas cosas se van a jugar el día del debate".
¿Nos dejarán Pedro Castillo y Keiko Fujimori momentos para recordar en este debate? Más allá de eso, es necesario tener en cuenta que la seriedad de las propuestas y su viabilidad es lo más importante.
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