Yo, Ciro Gálvez Herrera, agradeciendo la oportunidad que me brindan para dar mi opinión sobre la necesidad de una nueva Constitución, manifiesto que es necesaria una nueva Constitución en el Perú, porque la de 1993 hoy vigente, fue aprobada solamente por la bancada fujimorista de 70 congresistas constituyentes, que no obliga a las mayorías nacionales debido a que estas no participaron en su celebración y ratificada bajo diversos mecanismos de coacción dictatorial por una ínfima minoría de 3,895,763 de ciudadanos.
Solamente reformarla significaría únicamente maquillar una constitución redactada sólo por quienes formaban parte de un gobierno de facto, durante el cual no existía un estado de derecho, y tampoco el pueblo era plenamente soberano.
La coacción consistió en que, la ley dada por el congreso de aquellos años de dictadura, forzó al ciudadano para que concurra a sufragar en el citado referéndum por temor a las sanciones; si su documento de identidad no tenía la constancia de haber sufragado no podía viajar por el riesgo de ser detenido por la policía en las garitas de control, no podía celebrar contratos notariales, ni realizar trámites ante las instituciones estatales, ni ante los bancos y lo peor, tenía que pagar una cuantiosa multa equivalente a más de la mitad de un sueldo mínimo.
Por las razones indicadas, hoy la mayoría de peruanos son conscientes de que es necesario una nueva Constitución que sea expresión de la soberanía, de la dignidad, de la autoestima nacional y de la esperanza de un futuro de paz y libertad de todos los peruanos.
Por otro lado, la propia Constitución de 1993 en su Art. 2 Inc. 19, establece que el Estado reconoce y protege la pluralidad étnica y cultural, pero en la práctica hasta hoy no ha promovido la representación de los pueblos originarios en el Estado. Por ejemplo, si los peruanos originarios de la etnia quechua hoy constituyen el 30% de la población nacional, es necesario que el 30% de congresistas de la república sean elegidos por los propios ayllus, hoy comunidades campesinas, entre candidatos quechuas empadronados en tales comunidades; si los Aymaras son el 5% tienen derecho a elegir entre candidatos de su etnia el 5% de congresistas, y así en todas las etnias.
La nueva corriente de representación por etnias, inclusive ya está reconocida por la propia ley peruana de elecciones regionales 27683 del 15 de mayo del 2002, que establece que, en las regiones donde existen comunidades nativas, por lo menos el 15% de consejeros deben provenir de éstas. Entonces ya existiendo este precedente a nivel regional, hoy corresponde hacerla extensiva a nivel nacional, estableciendo con precisión las formas y requisitos para ser elegidos congresistas de los pueblos originarios.
RUNA propone un Perú donde la democracia sea una realidad, que supere actitudes nocivas como la exclusión, la injusticia o la desvaloración de los pobres, de los débiles, de quienes claman justicia, que invocan igualdad, de los aspiran a tener un país seguro y de oportunidades equitativas. Nace de la comunidad quechua hablante y conocemos la real problemática de nuestros hermanos y sabemos que el país necesita un cambio, empezando desde nuestros orígenes, que piden despertar y cuidar lo que por derecho es nuestro. Ciro Gálvez candidato a la presidencia tiene una propuesta que va en busca del favor del pueblo peruano en primer lugar. Juntos conseguiremos hacerlo.
Antes de finalizar, queridos compatriotas sigamos haciéndole frente a la pandemia, cumpliendo con los protocolos de seguridad: lavado de manos, uso del cubre bocas y del alcohol. Juntos lograremos vencer a este virus. No bajemos la guardia.
Comparte esta noticia