La corrupción es un mal que nos ha atacado durante toda nuestra historia. Es transversal, se infiltra en todos los niveles de gobierno.
Después del 2000, una campaña sistemática afirmó que la corrupción nació en los 90. Eso es totalmente falso, la corrupción se infiltró en el gobierno de mi padre al igual que en el de muchos presidentes antes y después de sus 10 años de gobierno.
Hemos visto a mucha gente lavar la bandera y marchar con las manos pintadas de blanco, pero al final, muchos de ellos terminaron involucrados en actos de corrupción.
Esto no me alegra, todo lo contrario. Nos debe llevar a una profunda reflexión. La corrupción ataca a gobiernos, organismos públicos o privados y a todas las instancias de la sociedad.
La corrupción ha causado inestabilidad política, ha alejado a los inversionistas extranjeros que no quieren trabajar con un Estado corrupto. Al ser el Estado unos de los compradores más grandes de bienes, servicios y obras al sector privado, los niveles de corrupción afectan de tal forma, que perdemos miles de millones. Conforme a la Contraloría, al año 2019, el Perú perdió por la corrupción una suma ascendente a más de 23 mil millones de soles.
En el marco de nuestro Plan Rescate 2021 implementaremos efectivamente las diversas recomendaciones anticorrupción que se proponen desde los organismos internacionales como la OCDE, el Sistema de Naciones Unidas y la OEA.
Asumimos el compromiso de fortalecer el Sistema Nacional de Control. Siendo necesario restituir el rol sancionador de la Contraloría General de la República (CGR). Se debe ser implacable para sancionar a los funcionarios públicos que cometan delitos, pero de igual forma, se necesitan medidas como el control concurrente, que coadyuven en una toma de decisión segura y eficaz para el funcionario.
Promoveremos la integridad en la función pública, evitando cualquier posible conflicto de interés y, sobre todo, dotaremos de mayor transparencia la labor de los funcionarios públicos. Tomaremos medidas para reformular la Ley de Contrataciones del Estado y que los funcionarios públicos no entren fácilmente al círculo de la corrupción. Garantizaremos un gobierno abierto, de manera que la información producida por el Estado, pagada con fondos públicos, esté disponible gratuitamente para todos los ciudadanos. La transparencia y la rendición de cuentas involucrará la participación de la sociedad civil.
Implementaremos el Sistema Integrado TRANSPARENCIA 100% para que todas las compras del estado puedan ser visualizadas paso a paso y en tiempo real por los medios de prensa y la ciudadanía. Un aliado será la incorporación de instrumentos de Inteligencia Artificial y Big data, las nuevas tecnologías constituyen un gran aliado contra la corrupción y la prevención de esta. En muchos países son los propios sistemas informáticos los que alertan sobre cualquier indicio de irregularidad.
La corrupción es una pandemia que ha infectado a nuestro país, y así como haremos con la Covid-19, también la perseguiremos y acorralaremos hasta acabar con ella. La corrupción no puede seguir propagándose y matando nuestra esperanza de un Perú mejor.
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