Alberto Fernández, jefe de programa de Digitalización y Democracia de IDEA Internacional, sostiene que la ciudadanía debería prepararse para identificar contenidos falsos o de origen cuestionable, cuya difusión en redes sociales se potenciará con el uso extendido de la Inteligencia Artificial (IA).
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Alberto Fernández, jefe de programa de Digitalización y Democracia de IDEA Internacional
El uso masivo de la Inteligencia Artificial (IA) puede potenciar la elaboración y la difusión de noticias falsas y otras prácticas de desinformación al amplificar el desarrollo de contenido fraudulento o la creación de un mayor número de campañas con mensajes distorsionados. Un escenario de este tipo puede comprometer de forma negativa el debate público entre la ciudadanía, autoridades y figuras políticas; y, de esta manera, afectar la democracia de un país.
Frente a esta situación, Alberto Fernández, jefe de programa de Digitalización y Democracia de IDEA Internacional, sostiene que es preciso tener en cuenta dos aspectos claves a la hora de evaluar el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en los sistemas democráticos.
El primero de ellos es reconocer que la IA requiere de grandes bases de datos para funcionar, por lo que se debe tener claro qué tipo de datos se encuentran digitalizados y disponibles para ser procesados y si estos son de buena calidad o adolecen de alguna tendencia.
“Los datos que estamos utilizando contienen sesgos de género en cuanto a la manera en que se recogieron en ese momento. Tienen sesgo de género, sesgo discriminatorio”, sostiene.
El segundo punto al que se refiere es la “capacidad de predicción” que tiene la Inteligencia Artificial (IA), pero que sería “muy delicado a nivel democrático” que las autoridades actúan en base a estos pronósticos.
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La desinformación en la era de la Inteligencia Artificial (IA)
Alberto Fernández dijo a RPP que la llegada de la IA no debe cambiar la forma en que la sociedad hace frente a las prácticas de desinformación y noticias falsas, y que no solo se deben centrar los esfuerzos en ejercicios de verificación, sino “en construir y reforzar la resiliencia social [de las personas] y la de las instituciones”.
“El problema de la desinformación, alimentado o potenciado a través de la Inteligencia Artificial, no debería cambiar la manera en la que nos aproximamos al tema. La IA puede generar más campañas de desinformación, más contenido manipulador, facilitar a que más actores utilicen este tipo de prácticas, pero no cambia el concepto: la desinformación es un virus con el cual no vamos a acabar y, aunque ahora puede tener más fuerza por el uso de la IA, sigue siendo un virus. Lo que podemos hacer es construir la 'inmunidad social' frente a este virus (...) para que como sociedad seamos capaces de resistirlo, ser inmunes [a las noticias falsas]”, añade.
Recomendaciones a tener en cuenta
Si se habla de resistencia, Fernández precisa que esta no debe ser solo institucional, sino también debe ser vista como una “función ciudadana”. Es por ello que considera que el ciudadano debe cuestionar toda información que llega a sus manos, incluso cuando puede estar en línea con las ideas que comparte. “El plantearnos [la veracidad de la información] cada vez que leamos algo, aunque sea una idea que nos encante en lo ideológico, comprobar si esto es verdad, si se ve reflejado o puedes encontrarlo en otro sitio”, indica.
El jefe de programa de Digitalización y Democracia de IDEA Internacional también sugiere que el usuario debe apuntar a revisar si existe la misma información en medios contrarios a su opinión política y desde otras perspectivas para corroborar lo señalado. Es este pequeño espíritu crítico lo que nos blinda de la desinformación”, refiere.
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