Los retos de Pedro Cateriano en medio de la crisis por la COVID-19 y el último año de Vizcarra [ANÁLISIS]

Ha sido diputado, viceministro de Justicia, ministro de Defensa y, el último miércoles, se convirtió en presidente del Consejo de Ministros por segunda vez. Si bien Pedro Cateriano tiene el CV de un político y funcionario experimentado, los desafíos y la responsabilidad de su nuevo retorno al Ejecutivo son más grandes que los que ha tenido en cualquier otro momento de su vida pública.

El suyo está lejos de ser un nombramiento promedio, de tiempos holgados y relativa estabilidad. Por el contrario, el nuevo jefe del Gabinete deberá correr en el plazo inmediato sobre una agenda compleja: la recuperación de la economía nacional, en paralelo a la gestión contra una pandemia y al año de cierre del Gobierno de Martín Vizcarra.

Salidas ante la crisis económica

Con la cuarentena obligatoria de más de 100 días y millones de empresas paralizadas en sus operaciones, la economía peruana -dependiente de la fuerza laboral- afronta uno de los peores golpes de su historia reciente. Según revela el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), solo en Lima Metropolitana, el empleo cayó un 55,1% dentro del periodo de abril a junio. Esto se traduce en 2 millones 699 mil 100 personas que perdieron su trabajo por la pandemia.

En una entrevista de este jueves con RPP, el propio Cateriano resaltó el relanzamiento económico del país como una “urgente prioridad” y pronosticó que el nuevo Gabinete concurrirá frecuentemente al Congreso para la presentación y defensa de proyectos de solución. “Vamos a presentar propuestas al Parlamento, coordinadamente con la ministra [María Antonieta] Alva. Estamos ya desde ayer (miércoles) trabajando en lo que va a ser la presentación de las principales iniciativas”, anunció.

La politóloga María Alejandra Campos explicó a RPP Noticias que la tarea obligatoria de Cateriano será articular cada medida desde los diferentes sectores comprometidos -principalmente, Economía- hacia el Legislativo. Desde su punto de vista, el nuevo premier es mejor carta para esa meta que su antecesor Zeballos. “La articulación entre Salud y MEF se vuelve indispensable y, si no hay un facilitador de la dinámica, la cosa se complica. Creo que Cateriano sí puede tener esas características. Además, él realmente quería el puesto y sabe que esta es su oportunidad de dejar su nombre en la historia, básicamente. Así que no creo que la desperdicie tan fácil”.

Para el analista político José Carlos Requena, Cateriano deberá encontrar mejor dominio del Gabinete que el que tenía el propio Zeballos. Aunque, sostiene, esto no le será tan complicado. “Creo que el peso que tiene Cateriano le va a permitir estar un poco ‘encima’ de sus ministros. Es cierto que su rol es de coordinador, pero si nos guiamos por su gestión previa, en el gobierno de Humala, él estuvo muy cerca a todos los sectores. Entonces, yo esperaría que -más que coordinador- guardará un nivel de cierta supervisión de algunos ministerios claves”, señaló. 

Requena considera que las siguientes fases de la reactivación económica demandan mayor atención de la PCM y no una derivación sectorizada -en el Ministerio de la Producción, por ejemplo- como aparentemente ocurría en el Gabinete Zeballos.

El politólogo Carlos Meléndez coincide en que el equipo Cateriano tendrá que asegurar un entendimiento con el Congreso para que sus iniciativas en materia de recuperación económica lleguen a buen puerto. Además, considera que el cambio de Vicente Zeballos por Cateriano ha sido estratégico para ese propósito.

No obstante, el especialista estima que podría darse el escenario de una confrontación entre el Congreso y el Ejecutivo por ver quién resuelve mejor el descalabro económico desde diferentes fórmulas. “Yo creo que va a haber una oposición entre el Congreso y las políticas del oficialismo, pero no será una competencia por quién es más populista -como lo que hemos visto en los últimos meses-, sino que va a haber una competencia de políticas más pro-mercado, de seguridad institucional y jurídica [del Ejecutivo] frente a los reflejos populistas que van a continuar existiendo en el Congreso”, refirió Meléndez en el programa Ampliación de Noticias.

Relación con el Congreso y transición al año electoral

El pasado 8 de julio, en medio de su balance a la Nación sobre las medidas frente a la COVID-19, el presidente Martín Vizcarra firmó el decreto de convocatoria a elecciones generales. El documento fue publicado al día siguiente, en el diario El Peruano, oficializando así la fecha del 11 de abril para la programación de estos comicios.

La acción de Vizcarra ante cámaras no era casual. Esa misma semana, Congreso y Ejecutivo habían protagonizado un nuevo episodio de tensión política por la aprobación del Pleno a la polémica modificación de un proyecto sobre la inmunidad de los legisladores. Por su parte, el Congreso venía citando a ministros de Estado o promoviendo mociones de interpelación que, en su momento, Zeballos calificó de “escasamente constructivas”. 

A la mañana siguiente de asumir la PCM, Pedro Cateriano se reunió con la Mesa Directiva del Congreso, a fin de entablar un primer diálogo respecto de los conocidos temas coyunturales, pero también respecto de la tensión política y las constantes solicitudes de interpelación.

“Si bien es cierto, la interpelación es un derecho que tienen los parlamentarios de acuerdo con la Constitución, [pero] es algo que deberían meditar porque el Gobierno tiene que sumar todos los esfuerzos en este momento (...) No creo que sea el momento más oportuno para interpelar a los ministros”,  dijo Cateriano a la prensa, a su salida del Palacio del Legislativo.

María Alejandra Campos duda un poco sobre la constancia de Cateriano de mantener los puentes entre Gobierno y Congreso. “En su rol dentro del Estado y fuera de él como líder de opinión, siempre ha sido bien confrontacional con el fujiaprismo. No sé si tiene las capacidades de gestión que se necesitan para enfrentar el reto de sacar al país del hoyo en el que está en este momento, pero sí me parece un avance a comparación del Gabinete anterior”.

José Carlos Requena sostiene que Cateriano evidencia un objetivo claro de mejorar las relaciones con el Parlamento, algo que le sumaría puntos en la gestión contra la pandemia, el manejo de la crisis y el cierre pacífico del Gobierno en el año electoral. “Creo que Cateriano, ya antes de instalarse, está mostrando gestos de dialogar. Y, por otro lado, creo que también quiere ajustar la reactivación económica sin abandonar los otros dos frentes a los que está claramente expuesto, que son la atención de la pandemia y la implementación de un proceso electoral complejo, que también es importante”.

Otro aspecto que motiva la mayor apertura de Cateriano al diálogo con las diferentes bancadas del Congreso es el hecho de que el oficialismo no tiene representación legislativa como para impulsar sus propias políticas públicas desde esa esfera. Entonces, el diálogo se convierte en un imperativo; especialmente en tiempos difíciles. “¿Cómo resolver ese problema de un Gobierno sin bancada? Creo que ese es un principal obstáculo para Cateriano, que debe cambiar su estilo -caracterizado como confrontacional- porque no tiene un respaldo [directo] en el Congreso”, comentó el politólogo Carlos Meléndez.

Como lo dicta el artículo 130 de la Constitución, el nuevo Gabinete ministerial deberá, dentro de un plazo de 30 días después de la juramentación, presentarse ante el Congreso para solicitar su validación. Se trata de la llamada “cuestión de confianza”, que deberá formular -en este caso- Cateriano inmediatamente después de exponer la política y requerimientos generales de su equipo.

Precisamente, el último jueves, en su reunión con el presidente del Congreso, Cateriano anunció que pedirá la confianza en un tiempo menor, para así llegar al 28 de julio con un Gabinete ya avalado por el Legislativo. 

En toda la era Vizcarra, el gobierno ha cambiado de premier hasta en cuatro oportunidades: César Villanueva, Salvador del Solar, Vicente Zeballos y, ahora, Pedro Cateriano. La gestión más duradera ha sido la de Villanueva, quien permaneció por casi 13 meses en la PCM. Salvador del Solar renunció forzosamente después de casi seis meses debido a la disolución del Congreso. Zeballos se mantuvo en el puesto por poco más de nueve meses.

La pregunta es: ¿permanecerá Cateriano en el premierato durante todo el año que queda del Gobierno? La politóloga María Alejandra Campos lo considera muy difícil debido a la tendencia estadística, pero a la vez sostiene que la coyuntura anómala podría cambiar el pronóstico. “En promedio no debería llegar, si consideramos las estadísticas. Pero estamos en una situación atípica con la COVID-19 y la emergencia y el año pre-electoral, así que podría ser que lo logren. Creo que depende mucho de cómo sea la relación de Cateriano con el Congreso porque se viene un Congreso posiblemente más agresivo en el próximo semestre y Cateriano es una persona que está acostumbrada a ‘pechar’”, expresó en el programa La Rotativa del Aire.

Como se recuerda, el nuevo jefe de la PCM ocupó el mismo puesto en el gobierno de Ollanta Humala y, coincidentemente, en un año previo al fin del periodo presidencial. En esa oportunidad, logró mantenerse hasta el cierre.