El politólogo aseveró que "sería un grave hecho histórico" que un posible asilo concedido por Uruguay "impidiera que García pueda ser procesado en el Perú con las garantías del Estado de derecho".
Álvaro Vargas Llosa, hijo del Nobel de Literatura, se pronunció sobre la situación del expresidente Alan García y su solicitud de asilo a Uruguay, en una columna publicada por el diario chileno La Tercera.
Según recordó Vargas Llosa, el exmandatario alegó -en su solicitud de asilo al presidente de ese país, Tabaré Vázquez- un sometimiento de las instituciones democráticas por parte del gobierno de Martín Vizcarra y la ausencia de un debido proceso.
Sobre el segundo punto, el politólogo afirma que no existen razones para sostener que Alan García es objeto de un trato peor que el de otros investigados. "García tiene enemigos y arrastra una antigua estela de sospechas, [pero] el trato de la fiscalía y el juez no difiere de muchos otros casos (y es más benévolo que el de algunos)", aseveró.
Si bien es imposible determinar si el gobierno de Vizcarra interfiere en el caso de Alan García o el de otros políticos, "es evidente que no hay en el Perú una dictadura" y que "el Ministerio Público y los tribunales no son parte de un esquema de poder diseñado por el gobierno", dijo el columnista.
Relación con las reformas
En opinión de Vargas Llosa, las reformas constitucionales impulsadas por el presidente Vizcarra han enfrentado al gobierno con la oposición y con miembros de la Fiscalía, empezando con su titular, Pedro Chávarry, quienes "quieren trabar el proceso de cambio y a los que tanto el fujimorismo como el Apra, el partido de García, han defendido y protegido desde el Congreso".
En ese sentido, agrega, "los críticos del Presidente Vizcarra suelen, para favorecer sus casos o los de aquellos con quienes simpatizan, amalgamar las investigaciones y eventuales procesos [...] con las reformas que el gobierno pretende realizar".
Asimismo, en su artículo, recordó que García Pérez no está siendo investigado por las sospechas de corrupción de su primer gobierno ni por sus políticas económicas, pues nunca llegó a ser procesado por las acusaciones de entonces.
En ese sentido, Vargas Llosa considera que "sería un grave hecho histórico que un asilo diplomático impidiera esta segunda vez que, en el caso de que las investigaciones propicien la apertura de un juicio, García pueda ser procesado en el Perú con las garantías del estado de derecho".
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