Justicia impone 18 meses de prisión preventiva a Pedro Castillo, por Fernando Carvallo [COLUMNA]

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Como en los peores momentos de nuestra vida en común, nos vemos obligados a esperar al fin de cada día para conocer el informe sobre el número de muertos dejados por las manifestaciones de violencia y su represión.

Parece increíble que esta vez las muertes sean causadas por nuestra incapacidad de separar entre lo que es motivo de una protesta atendible y la manipulación de pasiones para encubrir intereses o sacar ventajas. En medio de ataques y destrucción, la justicia impuso 18 meses de prisión preventiva al expresidente Pedro Castillo.

Él es el principal responsable del ciclo actual de violencia, porque intentar un golpe de Estado constituye la ruptura esencial del pacto por vivir bajo el imperio de la ley. Y de la misma manera que Pedro Castillo se reveló capaz de recurrir al golpe para reforzar su poder, ahora se viene mostrando capaz de apoyarse en desgracias ajenas para salir de la cárcel.

Cuando asistimos al vandalismo y la destrucción, no es momento de precipitarse a sacar conclusiones políticas. Es el momento de persistir en la búsqueda de diálogo para alcanzar soluciones pacíficas. La crisis que atravesamos evidencia la falta de liderazgos en nuestra sociedad. ¿Existe algún caso de congresista que haya sido capaz de intermediar para evitar que continúe la pérdida de vidas humanas?

Al contrario, abundan los casos de congresistas que parecen subordinar sus intervenciones sobre el adelanto de elecciones a lo que podría convenir a sus carreras y sus intereses partidarias. Tampoco parece el mejor momento para pedir la renuncia de un gobierno, por muchos errores que haya cometido. Como nos enseña la historia, cuando parece llegada la hora de la pólvora, la sangre y los incendios lo que hace falta es adherir más que nunca a nuestra tarea inacabada de construir una democracia inclusiva y a la escucha de los reclamos de todos.

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