En estos años, el avance tecnológico ha propiciado la llegada de múltiples servicios a los teléfonos, y hoy es más fácil acceder a beneficios que antes considerábamos lejanos a nuestros hábitos diarios. En esta nota hemos resumido algunas actividades que eran imposibles de realizar hace diez años.
Pagar con el teléfono. Gracias a la presencia de sensores NFC, varios países en el mundo tienen la oportunidad de realizar pagos mediante la aplicación de un banco y sin necesidad de usar la tarjeta de la entidad. Para los sistemas con QR, la transferencia entre usuarios y el pago a pequeños negocios también resulta de utilidad cuando no tenemos a mano la tarjeta.
Traducir con app instantáneamente. Aplicaciones como Google Translate o Microsoft Translate nos permiten identificar u idioma, convertir el audio en texto o tener una conversación fluida en tiempo real. Más allá de la capacidad de adaptarse a diferentes ritmos de conversación, la posibilidad de traducir un cartel que esta escrito en otro idioma en tiempo real es sensacional.
Micromovilidad. Tomar un taxi siempre ha sido una ruleta rusa en ciudades que no implementan un sistema vehicular eficiente. Con la llegada de Uber o Cabify, no solo podemos ver la ubicación de nuestro vehículo en tiempo real, sino que también tenemos la opción de compartir la ruta y hasta de partir la tarifa entre dos o más personas. Esto se extiende al uso de scooters y bicicletas en diferentes ciudades, así que podrás moverte con libertad por otros lares.
Carga inalámbrica. Son varios los modelos que soportan la posibilidad de cargarse energía sin necesidad de cables, y son más los sistemas que se implementan a este estándar. Incluso tenemos la posibilidad de usar carga reversible, y darle jugo a un gadget más pequeño desde la tapa trasera de nuestro teléfono y sin accesorios de carga.
Tomar una foto con desenfoque. Ya no se trata solo de tomar buenas fotos, sino tener a mano herramientas en software que nos permitan generar efectos que repliquen el resultado de una cámara profesional, como la profundidad de campo o la apertura focal. A través de la fotografía computacional, podemos hacer esto sin problemas.
Comandos de voz orgánicos. Si bien los comandos por voz existen hace mucho tiempo, en esta década hemos visto cómo estos asistentes virtuales se aproximan más al lenguaje orgánico y mejoran la resolución de problemas y búsquedas en el teléfono y otros periféricos. El sueño de tener un sistema que nos escuche en casa ya es una realidad.
Emitir contenido del smartphone en el televisor. Desde que llegó el Chromecast el 2015, hemos buscado maneras eficientes para lanzar contenido al televisor e integrar ambos dispositivos de manera eficaz. Hoy podemos compartir la imagen de nuestro smartphone a una pantalla más grande y sin demoras.
Compartir ubicación en tiempo real. Gracias a que los teléfonos cuentan con un GPS incorporado, los desarrolladores de apps han logrado implementar soluciones en software que ayudan a compartir nuestra posición en tiempo real, y monitorear el camino en todo momento. Por encima de ese beneficio, podemos destruir a distancia la información alojada en nuestro celular si lo perdemos.
Videollamadas fluidas. Hace diez años, las videollamadas eran posibles solo desde una PC y a otra, y no podían ser realizadas desde un teléfono. Incluso, muchos smartphones en esa época no contaban con sensor fotográfico delantero. Hoy, servicios como FaceTime o WhatsApp ya permiten la comunicación en video y casi de manera fluida.
Cargar el teléfono sin necesidad de conectarlo a la pared. Debo decir que el formato “powerbank” demoró unos 4 años en ser popular. Recuerdo usar uno de estos bancos de energía desde el 2012, pero no fue sino hasta el 2015 en donde ya era necesario conseguir uno para mantener al equipo con energía. Cargar y moverte significó independencia.
Transmitir un evento desde el teléfono. Los sucesos más importantes de esta década fuero transmitidos desde un smartphone en vivo, a millones de personas. Esto redujo el arsenal de equipo que se requiere para una cobertura, y es más frecuente estar atento a redes sociales para hechos noticiosos.
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