“Dragon Ball”, “Los caballeros del Zodiaco” y “Sailor Moon” son algunos títulos reconocibles por quien fuera pequeño en los noventa. El ver animes se ha convertido en un estilo de vida y, en Latinoamérica, algunos son más populares que en Japón.
Quien lea estas líneas probablemente brindó su ki a Gokú, quiso portar la armadura dorada de caballero o detener a los malos con la tiara lunar. La década del noventa marcó a una generación que creció viendo animes (series de animación japonesa) como “Dragon Ball”, “Los caballeros del Zodiaco” y “Sailor Moon”.
En los últimos años, estos y otros títulos vienen celebrando una serie de aniversarios que van de la mano de lanzamientos de nuevas películas o temidos anuncios de ‘remakes’ de las manos de Netflix.
Si de niños nos enganchamos con sus historias y aprendimos sobre la amistad con ellos; ahora (de adultos) la nostalgia nos apela a regresar a ellos… como coleccionistas.
“La mayoría de los adultos lo vemos como un estilo de vida porque podemos coleccionar las figuras, estar al tanto de la serie en Internet, hacer eventos… Ya es parte de nuestra vida […]”, comenta Jorge Vásquez, quien obtuvo el récord Guinness por la mayor colección de “Los caballeros del Zodiaco”.
El Centro Comercial Arenales es ─para Gabriela Patrón, autora del blog Geek & Chick─ un buen ejemplo de la millonaria industria detrás de los animes. En sus tiendas se encuentran todo lo que un fan puede querer: animes, mangas, figuras de colección, ‘funkos’, ropa y un largo etcétera.
“Siendo adulto uno tiene el poder adquisitivo para comprar desde una suscripción a Crunchyroll [el Netflix para animes] a figuras de colección. Sin lugar a duda, la nostalgia juega un papel muy importante en el hecho de comprar y consumir este merchandising”, recalca Patrón.
AMOR POR LOS ANIMES
En diciembre pasado, Netflix confirmó una nueva serie de “Los caballeros del Zodiaco” (o "Saint Seiya") y, a mediados del 2017, lanzó una criticada película de “Death Note”. En el 2012, con motivo del 20 aniversario, se anunció una nueva adaptación que vio la luz en el 2014. En enero, la película de “Dragon Ball Super: Broly” registró récords de taquilla en su primer día en Brasil [con 106 mil entradas] y en Perú siguió superando expectativas al convertirse en el estreno más exitoso de medianoche con 34 mil entradas vendidas [superando a “Avengers: Infinity War”].
Tanto Vásquez como Patrón coinciden que la nostalgia va de la mano del tema comercial al lanzar estos nuevos títulos o adaptaciones. Algunos con más éxito que otros.
“Los japoneses quieren explotar este producto [animes] y usan series nostálgicas como ‘Sailor Moon’, ‘Saint Seiya’, o ‘Dragon Ball’. A veces funciona, a veces no. Por ejemplo, Netflix sacará una nueva adaptación de ‘Los caballeros del Zodiaco’ y han hecho cambios [el personaje de Shun ahora es mujer] que me parece desnaturaliza su finalidad”, sostiene Jorge Vázquez. Otro tema es que los nuevos animes están pensados para un público internacional ─no como antes, pensados en el público japonés─ y se producen por montones con lo que se baja la calidad e inversión.
Curiosamente, en Latinoamérica han funcionado algunos títulos [como “Saint Seiya: The Lost Canvas” y la exitosa “Dragon Ball Super: Broly”] que no han pegado tanto en su propio país, apunta Gabriela Patrón.
“Japón se ha dado cuenta de que en Latinoamérica se consume muchísimo anime. Muchos títulos que no son muy populares o no mueven tanto en Japón, sí se mueven por acá. En Latinoamérica ha empatado muy bien el anime por la nostalgia y porque la gente ya tiene acceso para poder ver desde celulares o en sistemas de suscripción”, agrega la autora del blog Geek & Chick.
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