Álex Pina, director de "La Casa de Papel", asegura que el "salvaje shock" de la segunda mitad de la nueva temporada provocará la emoción de los fanáticos de la serie de Netflix.
Unos se preguntan: "¿Qué puedo esperar de una serie que alcanza su cuarta temporada?". Otros responden: "Más de lo mismo". Sin embargo, con "La Casa de Papel" nunca se sabe y, aunque sus primeros capítulos jueguen al despiste, su creador Álex Pina ya avisó del "salvaje shock" que la segunda mitad de la temporada provocaría en el espectador.
"La Casa de Papel", que este 3 de abril estrenó su nueva entrega en Netflix, se enfrenta a un peligro: estirar una trama sobre un atraco más de lo debido puede llevar a convertir un elixir de vida en un veneno letal producto del desgaste.
Dar el paso de extender una historia que estaba satisfactoriamente cerrada al final de la segunda temporada fue algo muy arriesgado pero acertado, por lo menos por una temporada más.
Tras el visionado de los primeros cinco episodios -a los que tuvo acceso EFE- algunas alarmas empezaron a saltar al ver que, aunque la serie siempre tiene sus puntos de sorpresa y magníficas actuaciones, la cantimplora con el mágico elixir comenzaba a vaciarse. Entonces, es momento de analizar sus puntos fuertes y débiles.
MISMO ATRACO, CAOS Y DIVISIÓN
En la temporada 4 de "La Casa de Papel" el planteamiento es muy similar al de la tercera parte, el atraco al Banco de España, algo que genera esa sensación de repetición.
Sin embargo, el punto a favor llega al comprobar cómo el desgaste hace mella en los protagonistas, Profesor incluido, y los lleva a tomar decisiones y actuar de maneras en las que nunca antes los habíamos visto. Circunstancia que provoca más caos y división en la banda y, al mismo tiempo, más diversión para el espectador.
UN PROFESOR DESUBICADO
La tercera temporada terminaba con el Profesor (Álvaro Morte) totalmente roto al creer que Lisboa (Itziar Ituño) ha muerto a manos de la policía. Entonces, los roles se invierten: el espectador sabe más que el Profesor.
La satisfacción para el público al ver que este también comete errores y debe replantearse todo el atraco y asumir una nueva manera de actuar es otro de los puntos fuertes que mantienen vivo los deseos, de la audiencia, de seguir conectados a la trama.
EL PASADO SIEMPRE VUELVE
Para el Profesor, según explicaba Álvaro Morte, este segundo atraco sirve como "venganza" por la muerte de su hermano Berlín (Pedro Alonso) y como mensaje al "podrido y corrupto sistema".
En los nuevos capítulos, las referencias a Berlín y su pasado son constantes, algo que, en cierto modo, se hace repetitivo y ralentiza el ritmo de la serie. Una vez más, solo queda esperar a ver en qué punto toda esa historia pasada empieza a establecer conexiones con el presente para volver a dejar al público con la boca abierta.
NAIROBI Y EL MIEDO A SU MUERTE
Sin duda, otro de los puntos fuertes de "La Casa de Papel" será conocer si Nairobi (Alba Flores), uno de los personajes más queridos por el público, sigue viva.
La estrategia por parte de los creadores de la serie de terminar la tercera temporada con Nairobi debatiéndose entre la vida y la muerte es la mejor baza para mantener al público enganchado en esta cuarta parte y uno de los alicientes que demuestran que nadie está a salvo en este atraco.
NAJWA NIMRI
Si hay algo por lo que, fuera de toda trama, merece la pena ver "La Casa de Papel" es por la presencia de Najwa Nimri y su magistral naturalidad y desparpajo en cada pulso (telefónico) con el Profesor.
Su papel como la inspectora Alicia Sierra da vida a la serie y se convierte en una bocana de aire fresco a la que se suman, con gran acierto, las salidas de tono de Palermo (Rodrigo de la Serna) y la aparición de otro personaje inesperado que quizás sea el que provoque ese "shock" en el espectador que Pina promete. (EFE)
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