La pandemia de la COVID-19 y el fin de la cuarentena originarán un incremento de ciertos trastornos mentales, de acuerdo con un estudio psicológico de la Universidad Privada del Norte.
Durante el aislamiento social obligatorio, los trastornos mentales como la ansiedad, depresión, estrés y alteración de los ciclos de sueño en las personas se elevaron en 15% (4 millones de peruanos), según un informe de Integración, instituto de análisis y comunicación de la Universidad Privada del Norte (UPN), compartido por Luis Olavarría Castaman, coordinador de la carrera de Psicología.
El especialista mencionó que la atención de nuestra salud mental no debería ignorarse. “Lo ideal es realizar intervenciones tempranas para evitar que los síntomas evolucionen hacia problemas psicopatológicos posteriores”, señaló Olavarría.
“Asimismo, se producirá un efecto en el cambio del comportamiento de las personas que dejan sus hogares, como evitar a la gente que tose o estornuda, huir de los lugares cerrados e incluso no utilizar espacios públicos en las semanas posteriores a la cuarentena", agregó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) mencionó que la pandemia apunta que el impacto en la salud mental será significativo y generará mayores dificultades si no se enfrenta correctamente.
Además, la OMS hizo un llamado a los países a no desatender este tipo de problema, estudiar las necesidades de todos los sectores y garantizar que el apoyo psicológico esté disponible como parte de los servicios esenciales hacia la población.
Olavarría señaló que todos presentamos diferentes reacciones frente al nuevo coronavirus. “El apoyo de familiares y amigos, la sociedad en que vivimos y otros factores son necesarios para superar los efectos que cause la pandemia. Esta situación ofrece también la oportunidad de avanzar en la comprensión y atención primordial de la salud mental en nuestra vida”, indicó el coordinador.
El especialista recomendó que para sobrellevar el efecto pospandemia se deben tomar las medidas médicas necesarias para protegerse a sí mismo y a sus seres queridos. Ello implica evitar el contagio, realizar actividades saludables —como dormir de 7 a 9 horas diarias, consumir una dieta bien equilibrada—, intentar ser positivo y cumplir con rutinas regulares tanto como sea posible.
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