Pedro Galvez tuvo que trasladarse por dos años y medio a Lima mientras esperaba un donante de hígado. Cuando ese momento finalmente llegó no lo podía creer. Su donante le otorgó una nueva oportunidad para vivir.
Pedro Galvez hoy tiene una nueva oportunidad de vivir gracias a un donante que, en un acto de solidaridad y amor, pudo hacer posible el trasplante de hígado que tanto necesitaba.
Todo comenzó cuando entró por emergencia debido a unos síntomas particulares. Luego de los exámenes respectivos, detectaron que tenía varices esofágicas por consecuencia de la cirrosis hepática que padecía desde hace un tiempo.
Evidentemente necesitaba un trasplante de hígado para mejorar su salud y calidad de vida. Pedro vivía en Piura y recuerda que le dijeron que una vez en Lima y al entrar a lista de espera, ya no podría regresar a casa hasta que se realice el trasplante.
No tuvo problema con eso y pensó que el proceso era rápido, por lo que planeaba estar de vuelta en Piura en corto tiempo; sin embargo, fue ahí que entendió lo difícil que es aún recibir un órgano en el Perú. “Para los trasplantes acá en Perú como que puedes esperar una semana como que puedes esperar años”, recuerda que le comentaron.
Así, pasó los días viviendo en Lima, esperando esa oportunidad que finalmente llegó tras dos años y medio en lista de espera. Sobre todo ese tiempo de angustia, Pedro comenta que fue duro, sobre todo porque estaba viviendo en un lugar que no conocía.
Todo el sacrificio que realizó estuvo siempre acompañado de fe y esperanza. Cuando el momento finalmente llegó, no lo podía creer. Ahora se siente mejor y muy agradecido con los doctores y con el donante de buena voluntad que le permitió seguir adelante.
“A la familia que aceptó donar, les doy muchas gracias, sin ustedes no estuviera aquí, no estuviera pensando en un futuro, gracias a ustedes he vuelto a nacer”, menciona Pedro con una sonrisa en el rostro.
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