Ya son 100 días de cuarentena en el Perú. Para los emprendedores, empresarios, informales y los formales este tiempo deja aprendizajes q cruciales para el desarrollo de nuestros negocios. Son tres momentos cruciales que podemos resaltar: el antes, durante y después de la pandemia.
Antes de la pandemia vivíamos una normalidad con certidumbre, donde sabíamos qué era lo que iba a pasar. Un mercado donde conocíamos a nuestros clientes, nuestro producto, donde de alguna manera ya teníamos todo definido.
Por primera vez en la historia del país vivimos una situación en la que nadie tiene el control. No la tiene el Gobierno, ni los empresarios, ni los pequeños o medianos negocios, ni los clientes, nadie tiene el manejo de la situación. Medidas como cerrar el comercio nos mantienen en una posición de economía básica, donde solo funciona lo necesario. Nuestro mundo cambió y cambiará después de la pandemia.
Estos días sirvieron para que muchas empresas aceleren el desarrollo de sus negocios digitales, y si nos referimos a los emprendedores, este proceso fue un camino que han tenido que andar a la fuerza. En el caso de las grandes compañías, por ejemplo, han tenido que digitalizar mucho de su trabajo (teletrabajo) y nos viene dejando muchas lecciones, como: es posible digitalizarse, no todos pueden ofrecer un producto o servicio digital (conocer nuestro negocio), y es necesario reinventarse.
El reto de la inclusión financiera
El Gobierno peruano ha otorgado programas de apoyo, bonos, y otros recursos, pero no son suficientes. Aún no estamos preparados para distribuir rápidamente el apoyo que el Estado brinda a los pequeños negocios, tanto independientes como dependientes, y eso tiene que ver con la baja bancarización en el país que hoy más que nunca se ha visto sumada a la informalidad.
Pasar de vivir una normalidad a una emergencia evidenció la imposibilidad del Gobierno de atender e identificar rápidamente a los más necesitados, a ser conscientes de nuestra alta la informalidad y baja bancarización, y en este contexto, sumado al hecho de tener que evitar el incremento de contagios y muertes.
Para los independientes la necesidad de trabajar ha sido superior al temor de enfermarse. Hoy vivimos un mundo lleno de retos, donde el peruano siempre intentará buscar una solución y verá la forma de sacar a adelante su negocio. Esta nueva normalidad nos llevará hacia un modelo de negocio pospandemia.
Modelo pospandemia
El nuevo escenario, llamado por algunos como “nueva normalidad”, nos ha llevado a descubrir varios puntos importantes: en primer lugar, que somos capaces de reaccionar y acomodarnos a una nueva situación donde podemos diferencias de los negocios que tienen contacto con el público (cines, gimnasios, servicios de educación, entre otros) se reacomodaron a un mundo más virtual y, efectivamente, sus sectores han respondido.
El segundo es para los negocios que sí podían digitalizarse o desde sus servicios se dieron cuenta que sí podían ser más digitales de lo que pensaban. Hemos visto casos de productos ya diseñados pero que salieron al mercado con muy bajo nivel de prueba, como por ejemplo los servicios financieros.
Actualmente, las entidades financieras han priorizado el uso de sus canales digitales, de billeteras electrónicas, y más, lo que aceleró el proceso de brindar servicios digitales a la población ante la evidencia, desde el Estado, de no identificar a quienes más lo necesitan, no saber su ubicación o acceso. Esta pandemia nos lleva a generar un proyecto de identidad digital en el país.
Por último, existen los negocios que ya brindaban servicios de e-commerce y son ellos los que han sido más beneficiados. Esta pandemia ha superado en términos de comercio, largamente, lo que podría ser un Black Friday, fiestas navideñas, e incluso las épocas de gratificaciones. Los canales digitales son aquellos que permiten que los bienes y servicios puedan ser prepagados o pagados (a contra entrega del producto o servicio), nos permiten conocer más de la transacción y ser más atentos con el servicio ofrecido.
La “nueva normalidad” nos presenta hoy una nueva economía. Un modelo económico donde las cifras sobre el impacto que tendremos ya están validadas por nuestras autoridades financieras, donde el PBI bajará más de 12% y habrá un gran rebote en la economía.
Lo que se viene es una gran oportunidad para que estos negocios redefinidos (tanto para empresarios, microempresarios, emprendedores, entre otros) hagan frente hoy a una nueva normalidad. Una nueva normalidad con un nuevo consumidor mucho más cauteloso en términos de salud y más informado.
Algo más que sí ha cambiado es que hoy los negocios, mientras no tengan un propósito o modelo a su marca para conectarse con el planeta o la salud pública, poco van a calar en las nuevas generaciones. Nuevas generaciones que están más preocupadas de lo que nosotros pensamos sobre como ha dejado esta pandemia al mundo.
Comparte esta noticia