La ISO 26000 define la responsabilidad social como la responsabilidad de las organizaciones y empresas frente a los impactos ocasionados en las partes interesadas y a la búsqueda permanente del desarrollo sostenible en las acciones que realiza la empresa/organización.
Sin embargo, este concepto poco a calado y se ha hecho práctica en las empresas y organizaciones peruanas han avanzado poco en materia de sostenibilidad y esto se debe principalmente al poco conocimiento y compromiso de los directivos, empresarios, fundadores y en general líderes de las empresas quienes a diario con el ejemplo van demostrando su deseo de poner en marcha políticas y prácticas de gestión ética y responsable encaminada a la sostenibilidad.
En este sentido para que todo esto se haga posible debemos tener líderes que hayan comprendido el valor de hacer las cosas bien, con ética y compromiso. Empresarios que no solo se enfoquen en la rentabilidad de los negocios sino el hacer negocios buscando siempre en equilibrio y respeto por lo social -calidad de vida de las personas o grupos de interés- y también por el cuidado y respeto del medio ambiente, nuestra casa común, como dice el Papa Francisco.
En el Perú, afortunadamente podemos ya mencionar el caso de empresarios que están encaminados a trabajar con ética y respeto por sus grupos de interés. Y el inicio de una gestión ética y responsable siempre se dará en casa, es decir, con los colaboradores, quienes son el primer grupo de interés que toda empresa debe aprender a cuidar y valorar para retener el talento humano, pero también para garantizar una buena calidad de atención a los clientes y un buen relacionamiento con los otros grupos de interés.
Para hacer posible la responsabilidad social interna se tiene que trabajar principalmente en tres conceptos que van de la mano. El primero, punto de inicio, es el liderazgo transformador, innovador y ético de los directivos, lo cual cultivará y construirá una buena cultura corporativa, segundo elemento que garantizará y hará posible un buen clima laboral y una buena convivencia y construcción de la identidad de la empresa. Además, tenemos el tercer elemento que acompaña a los anteriores, que es la comunicación, que si es bien gestionada, puede asegurar un buen relacionamiento desde la alta dirección hacia todos los colaboradores. Y en consecuencia, hacia todos los demás grupos de interés de la empresa.
En el Perú necesitamos seguir promoviendo el conocimiento y el compromiso de los directivos y líderes hacia la búsqueda de gestiones empresariales más éticas, responsables, con capitalismo consciente, con conducta empresarial responsable que respete los derechos humanos. Nuestro país está en crisis, como bien sabemos, pero tenemos que seguir trabajando con responsabilidad y respeto y demostrando que desde el sector empresarial es posible demostrar el cambio y mantener un sistema en equilibrio. Organizaciones del tercer sector como Perú Sostenible y redes como L+1 tienen este propósito de contribuir a un mejor país, que todos añoramos.
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