En sociología política, la ciencia para indagar acerca de la naturaleza de un movimiento político es el tipo de su origen, ya social, ya ideológico. Y para entender al político es, necesario, asumir que siempre tiene un plan. Quizá sea parte del método tener en cuenta esto acerca de la noticia de la liberación de Antauro Humala. No nos mencionaremos sobre el hecho jurídico, sino sobre el “impacto” sociológico de la liberación de alguien, quien, dirige un movimiento político – militar (entorno a los hechos ocurridos en el 2005. El llamado Andahuaylazo). Y que, además, en la casi mítica entrevista con César Hildebrandt, Antauro Humala define lo que su movimiento político persigue como el “pensamiento Manco Cápac”. Esta implicancia no busca solamente el contraste entre lo democrático del régimen con lo disruptivo que el movimiento antaurista representa. Incluso el propio replanteamiento del concepto de “movimiento” representa un amplio problema. Pero consideramos que esto sería parte solo de un interesante debate. Quisiéramos ensayar, más bien, otra forma, sociológica, de interpretar este hecho.
¿Qué significa aludir a un potencial discursivo en mensaje político como el “pensamiento Manco Cápac”? Se podría ya intuir que el sujeto político en los partidos políticos de los próximos años tendría un basamento cívico-militar, además de un señalado adoctrinamiento en el pasado Inca del Perú. Y entonces, sostenemos, adviene un contexto socio-político semejante al de la década del treinta peruano. Esta semejanza se podrá explicar por el efecto político que la actividad política de Antauro Humala genere: el desplazamiento del reservista (un militante – militar) en relación directa con el ciudadano (elector), con la ciudadana (electora). La posibilidad latente de agudizar contradicciones sociales por los sentimientos encontrados que genera el Andahuaylazo en la Policía Nacional. Estos elementos integrarían, solo para comenzar, un “rebrote” del nacionalismo peruano. Semejante al Urrismo de Sánchez Cerro y Luis A. Flores.
Sin embargo, lo mencionado remite, quizá, a lo más inmediato. Críticamente podría mencionarse que es expresión de un populismo, una forma de fascismo. Los pensadores de izquierda tendrán ante ellos un reto. Lo cierto es que, consideramos, remitiéndonos al origen y al contenido de lo dicho, los hechos del 2005 y el pensamiento Manco Cápac, respectivamente, vertebran a los reservistas (etnocaceristas), una agrupación de personas que podríamos definir como un aparato político; lo cual nos da elementos para pensar el futuro electoral inmediato de esta agrupación que expresaría, además, hemos indicado, un nacionalismo.
Precisamente, ¿qué clivages podría generar o revivir el mensaje político de Antauro Humala, quien sostiene que lo que existe hoy es la “crisis de la República criolla”? La ciencia de la Sociología advierte no solo una contrariedad entre ricos y pobres, sino más bien una posible quema de los libros, si y sólo si el nuevo movimiento toma cuerpo y forma y se hace camino en los próximos meses. La coyuntura electoral toma un tono interesante.
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