Viene sucediendo una cadenciosa perturbación política en uno de los Estados más poderosos del mundo. Definir si es, o no, efectivamente, por ejemplo, más poderoso que Rusia o China, es discutible, pero no es algo que deba detenernos en esta ocasión.
¿Quién es Donald Trump y cómo llegó a ser presidente? Hijo de inmigrantes alemán y escocesa. Casado por tercera vez con una inmigrante checa. El magnate de Nueva York heredó una posición muy acomodada con lo que se dedicó a los bienes raíces, generando diversas marcas y licencias. Asimismo, ha sido objeto de diversas demandas judiciales que exceden las 4000, sin embargo, nunca se ha declarado en bancarrota, a pesar de que sus cuentas nunca han podido ser fiscalizadas, pero se estima que, en el horizonte de mucho dinero, ha perdido tanto bastante otro. Ha sembrado diversas fundaciones, con las cuales ha tenido diversos conflictos de intereses, como cuando tomó dinero de una caridad suya para usarla para su campaña presidencial. Ha escrito libros, aparecido en la lucha libre, en series de televisión, en películas y en programas de entretenimiento. Antes de ser presidente, Trump ya era un personaje conocido. Se afilió al conservador y religioso partido de los republicanos y postuló con un éxito que hizo cambiar al mundo en un momento sumamente inestable y delicado, tomando las riendas de un país sumamente poderoso.
Como presidente se ha mostrado inhumano, racista, sexista, apañador de conductas de depredación sexual, entre otras cosas. Decir que es inapropiado justificar la matanza armenia es poco, comparado con lo prometido en su campaña presidencial respecto a construir un muro, en el siglo XXI. Con la excusa de una marea de inmigrantes centroamericanos y mexicanos, Trump luchó por construir un absurdo muro, gastando cantidades insensatas, refiriendo que los mexicanos lo pagarían. Al final, el Congreso a regañadientes ofreció un poco de recursos y no contaron con que, en la frontera, algunos avezados robarían partes del muro para usarlos como defensas caseras. Irónicamente, si alguien le hubiera preguntado quién pagó por ese muro casero, se habría tenido que decir que el gobierno de Donald Trump. En los primeros años de su mandato, surgieron grupos de supremacistas blancos. De nuevo, en nuestro siglo y en un país muy avanzado.
¿Qué motivos condujeron a su juicio político? Si bien los dos artículos oficiales de su revocatoria fueron el abuso de poder y la obstrucción del Congreso, se suman paralelamente diversas causas. Además de ser un racista blatante, se especula con buenos indicios que influyó en las elecciones pasadas, coludiéndose con poderosos países, despidió al director del FBI por negarse a dejar dicha investigación en su contra. Usó la oficina para enriquecerse, por ejemplo, en cuanto se usan siempre sus hoteles en todo el mundo, por parte de los funcionarios de gobierno, aunque no sea lo mejor circunstancialmente (conocido es el caso en que el hotel quedaba a varias horas de distancia del evento).
Los malos manejos de su gestión no se limitan a delitos administrativos, sino que, incluyen, la transgresión de los derechos humanos con los inmigrantes detenidos, separando familias innecesariamente y, en muchas circunstancias, con casos mortales en índices alarmantes. Meter a niños y niñas en cajas de metal, alejados de sus padres no es el control migratorio que se espera de un país con tan altos ideales. A ello debemos sumar las denuncias por agresión sexual y acoso.
Debido a su negativa e imposibilidad de abrir su secreto bancario, y considerando lo poco transparente que ha sido con el fisco, se estima que Trump ha evadido impuestos y que también habría impulsado extorsiones y fundado una universidad de fachada. Recientemente agenció que sus contactos pidieran al gobierno de Ucrania que le ayude a investigar y ensuciar a sus próximos rivales políticos. El quid pro quo fue aceptado por su abogado. Estas cosas no completan la historia, pero basta para hacernos un perfil del presidente adicto al Twitter que ahora enfrenta un juicio político.
¿Qué consecuencias traería su destitución para los Estados Unidos de Norteamérica? Difícilmente nos vamos a guiar de índices o especulaciones econométricas ni estadísticas. Social, cultural y políticamente, Estados Unidos se ha mostrado sólido como una nación que expectora a sus malos funcionarios. Esperaremos que republicanos y demócratas definan el calendario de su juicio político. En tanto, podemos preguntamos, cómo llegó ahí en primer lugar, y por qué tardaron tanto para iniciarle un juicio político. La destitución de un presidente con esas características hablaría muy bien de una nación de instituciones fuertes, pero que aún ajena a profundos conflictos sociales (tema que supera el espacio de esta columna, pero sobre el que volveremos más adelante).
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