Durante estos días estamos siendo partícipes de un desastre global, un escenario con una probabilidad casi imposible; algo que solo podría ocurrir una vez por cada 6 millones. Esta pandemia ha tenido una expansión muy rápida. Hemos visto el efecto de un contagio exponencial y cómo las decisiones gubernamentales han evitado que esta propagación cobre impulso.
Bajo este contexto, quiero rescatar algunos aprendizajes del experto en logística humanitaria José Holguín Veras. Estas lecciones fueron parte de su discurso de imposición como Profesor Honorario de la Universidad del Pacífico en el año 2018:
- La respuesta a un desastre es más que un modelo matemático. Un desastre es un problema socio técnico que impacta las diferentes dimensiones del ser humano: públicas, comerciales, económicas y logística, entre otras. Se necesitan la comunicación, cooperación, confianza y resiliencia de la comunidad.
- Debemos diferenciar un desastre de una catástrofe. Un desastre es un evento social con capacidad de respuesta local; por ejemplo, las lluvias en el norte del país en este año. Una catástrofe es un evento social anómalo, en el que la capacidad de respuesta local es nula y genera caos e inefectividad de los planes de respuesta. Si el sistema de salud del país colapsa, estaríamos frente a una catástrofe.
- La logística comercial es diferente a una logística humanitaria. El objetivo de la logística humanitaria es la minimización de los impactos sociales y el sufrimiento en esencia.
- Debemos controlar la convergencia de materiales. En un desastre hay una convergencia de personas, productos y recursos con diversos fines. Solo el 40% de las donaciones son prioritarios y el 60% no se necesitan. La convergencia de materiales limita los recursos limitados.
- El reto más grande es la distribución interna de los recursos. La articulación con las redes locales es la mejor combinación para unir las comunidades con los sectores privado y público.
¿Qué debemos hacer?
En estos momentos, lo que debemos hacer es respetar
- Respetar la cuarentena y hacer frente a la pandemia con comunicación, cooperación, confianza y resiliencia.
- Plantear soluciones frente a una posible catástrofe como telemedicina, impresión 3D de recursos médicos, medición con sensores de temperaturas en lugares públicos, entre otros.
- Usar los recursos responsablemente, como las cadenas de suministro de productos alimenticios y médicos, y las tecnologías de información.
- Respetar el aislamiento social y el rol de los héroes anónimos (fuerzas armadas, fuerzas policiales, comunidad médica, comunidad alimenticia).
- Articular nuestras redes locales, como nuestra comunidad de bodegueros, farmacias, verdulerías y fruterías.
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