Una de las oportunidades más grandes que nos dio la pandemia fue la de re-evaluar nuestras vidas, de darnos un tiempo y espacio para reflexionar en qué parte de nuestro camino nos encontrábamos, y de evaluar si estábamos haciendo aquello que nos hacía felices. Para algunos, abrió una ventana para encontrarse nuevamente, para cambiar de trabajo a uno que le produjera mayor satisfacción o para iniciar un proyecto personal.
En tanto entramos progresivamente hacia una normalidad controlada, para algunos de nosotros puede ser un momento para reflexionar sobre nuestros próximos pasos y decidir sobre aspectos que hemos estado dudando o considerando en los últimos meses.
En el proceso de definir nuestro camino futuro, debemos de ser capaces de ver nuestro pasado para entender el punto en el que nos encontramos, las habilidades que hemos adquirido y las experiencias que podrían ayudarnos a forjar nuevas oportunidades en nuestro futuro. En casi todas las experiencias de personas que han construido un camino exitoso en sus vidas, existe un punto de inflexión en el que toman una decisión de perseguir un nuevo objetivo. Estas situaciones las enfrentamos durante nuestra vida, ya sea cuando estamos sin trabajo, nos encontremos en uno que no nos satisface o estemos pensando en crear nuestro propio emprendimiento.
Sea cual sea el contexto desde el cual evaluamos nuestros próximos pasos, existen atributos que determinarán en parte el éxito de nuestros planes. Por ejemplo, nuestra conectividad y capacidad para relacionarnos. Desde la experiencia de los líderes con mayor éxito, una gran parte de su tiempo lo dedicaron a establecer relaciones, así como a difundir su trabajo y filosofía. Asimismo, un líder que es capaz de establecer buenas relaciones debería también capaz de ser un líder compasivo, esto quiere decir, mirar las situaciones con empatía, hospitalidad y con interés. Bajo estas recomendaciones podremos mejorar nuestra ejecución de aquello que queremos cambiar en nuestra vida y cumplir con nuestro propósito. Como expresó Ignacio de Loyola: “el examen de consciencia es siempre el mejor medio para cuidar bien el alma”.
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