“No podemos garantizar que no usaremos la información (de nuestros usuarios) para crear nuestros productos”- Jeff Bezos, fundador de Amazon.
Hace pocas semanas se llevó a cabo una audiencia en Washington en la que se interrogó a las cuatro compañías tecnológicas más grandes sobre su poder monopólico. Apple, Amazon, Google y Facebook rindieron cuentas frente al comité judicial de la Casa Blanca respecto a sus planes y a su poder en el mercado, en la que unidos equivalen a un valor de 5 trillones de dólares. Y aunque durante la audiencia fueron cautelosos de revelar la influencia que tienen en las decisiones del mercado, algunos afirmaron que no podían prometer que no usarían la información que les proporcionábamos al usar sus productos o aplicaciones para diseñar sus productos, lo que pone en desventaja a otras empresas e incluso pone en peligro el concepto de competencia de mercado que ha llevado a empresas a innovar por necesidad.
Un monopolio significa que una empresa tiene una cuota de mercado mayoritaria que le permite tomar decisiones que influencian y tienen un efecto directo en el mercado. La historia nos ha enseñado que los monopolios llevan a empresas a no innovar, a manipular los precios del mercado a su antojo, extrayendo la utilidad de sus consumidores a voluntad, y obteniendo un poder de negociación que les permite poner sus propias condiciones a sus líneas de distribución y a sus proveedores.
Fortnite, una de las aplicaciones de juegos más popular de estos tiempos, decidió hacer frente a las comisiones del 30% que Apple Store estableció por compra a través de su plataforma. Epic Games, dueña de Fortnite y de otros juegos como Battle Royale, decidió sacar su propio método de pago dentro de su aplicación ofreciendo descuentos del 20% en compras al utilizar su método en lugar del de Apple o el de Google. Google y Apple respondieron expulsando a la aplicación Fortnite de sus plataformas. Como consecuencia de ello, Epic Games respondió con una denuncia por poder monopólico por su influencia en el mercado de las aplicaciones. De ganar esta última, tanto Apple como Google se verían forzados a reducir estas comisiones o inclusive quitarlas. Sin embargo, quizás lo más importante de esta guerra implica demostrar que el mercado de aplicaciones se ha vuelto casi un servicio público en el que los usuarios buscamos aplicaciones para comunicarnos, para comprar e inclusive hasta para comer. Los monopolios ponen en peligro el concepto de un libre mercado, uno que beneficia a los consumidores y lleva a la evolución de la industria.
Comparte esta noticia