Nuevamente la vacancia

Las intenciones de los poderes políticos que habitan en nuestra jungla política se han hecho famosos por velar por sus propios intereses en una incesante búsqueda por tomar una tajada más grande del pastel, cuando en realidad el resultado es un pastel cada vez más chico, cada vez menos apetitoso. Y aunque el panorama político trasluce varios errores que, sin lugar a duda, deben investigarse a cabalidad para determinar crímenes y culpables, el contexto social y económico que atravesamos dejan poco espacio para añadir el caos político a la lista de nuestros problemas.

La inestabilidad política ha derrumbado las torres de naipes latinoamericanas que difícilmente podían respirar tranquilidad antes de que la COVID-19 sorprendiera a todos y anulara la esperanza de recuperación económica con la que contaban. Sin embargo, el Perú, en su prosperidad y adecuado manejo en política fiscal y monetaria, se avocó a crecer a paso sostenido en tiempos que sus vecinos divagaban en busca de un camino.

Y es precisamente un llamado a la estabilidad, que permitan la prosperidad y la toma de decisiones cautelosas que nos sitúen en el camino a nuestra recuperación.

Ante un nuevo pedido de vacancia, nos vemos en la misma situación hace poco planteada: añadir sal a la herida aún no cerrada del caos producido por la pandemia. Y en vista de una lenta pero positiva recuperación frente a este azote, la unidad política y un mando firme son los capitanes de nuestra nación. En tanto poblaciones vulnerables, hospitales abarrotados y negocios que luchan por mantenerse a flote, la atención de nuestra nación debe ser por salvar vidas y procurar la seguridad de los nuestros. Tenemos un deber más grande con nuestra nación, por el respeto a nuestra bandera y por la calma que promueva la sostenibilidad de nuestra situación. Y aún así, seguirá retumbando en nosotros la misma lección que seguimos sin aprender: el mando político es el reflejo de las decisiones de los habitantes de su nación. Aprendamos a escoger adecuadamente a nuestros gobernantes.