La reapertura de la economía es una realidad en varias partes del mundo, cuyos gobiernos han comenzado a dar luz verde a empresas y a la sociedad para volver a funcionar. En tanto las empresas han puesto en marcha planes para que los empleados regresen al trabajo de manera segura modificando las políticas de trabajo en horarios, comedores y seguridad sanitaria dentro de las oficinas.
Este proceso que implica una serie de actividades logísticas, operacionales y hasta funcionales para las empresas podrá permitir que los empleados puedan regresar de manera física a sus puestos. En esta situación, habrá aquellos que buscan regresar con afán, pero también debemos considerar que una gran parte de la población teme a la exposición frente al virus y a la convivencia en una “nueva normalidad”. Las empresas deben velar no solo por la seguridad física de sus empleados, sino por la integridad emocional y la salud mental, pues de esta depende no solo la capacidad y seguridad con la que sus empleados podrán desempeñar sus labores, sino también aquella confianza la que estos podrán transmitir a sus familias y a la sociedad, al mismo tiempo que comparten las buenas prácticas que se den en su centro laboral con otros.
Ahora bien, anteriormente hemos comentado que la ansiedad es una de las reacciones más naturales ante este tipo de situaciones en las que la incertidumbre y situaciones poco naturales tienen que afrontarse. Y será natural también para sus empleados que la experimenten cuando retornen. Sin embargo, como empleadores y como líderes, está en nuestro interés evitar que estas emociones incrementen hasta transformarse en frustración.
En esta nueva etapa que todos afrontaremos, la seguridad, confianza y comunicación serán las mejores herramientas que tendremos para apoyar a nuestra comunidad.
Sea transparente en sus comunicaciones, exprese su preocupación por la seguridad emocional de sus colaboradores como su prioridad y promueva una cultura de escucha entre cada uno de sus departamentos entrenando a su personal. No obstante, quizás el retorno al trabajo no sea adecuado para todos, por lo que la flexibilidad en el trabajo seguirá siendo un aspecto crítico que deberá reconocer en cada caso particular. El impacto de esta crisis ha sido particular en cada caso, pero ante una situación sin precedentes será la reacción de cada empleador por el bienestar de sus empleados la que se recordará.
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