Para las promociones que terminaron el 2020 las clases, la COVID-19 ha implicado que las ceremonias de graduación se cancelen, pospongan o cambien a formatos digitales. Pero debemos recordar que nuestras generaciones pasadas se tuvieron que enfrentar a desafíos desconocidos como los estragos de las guerras mundiales que hundieron al mundo en la incertidumbre. Hoy, el mundo se vuelve a enfrentar al sufrimiento y devastación que la pandemia ha azotado en las poblaciones más vulnerables, y, una vez más, como mundo, nos volvemos a unir para recuperarnos y cohesionarnos como raza en una causa conjunta.
La interconectividad y conexión con el mundo son tecnologías con las que se ha formado esta generación. En efecto, los nativos digitales crecieron leyendo noticias del mundo, alimentándose de culturas extranjeras y locales. Pero he aquí una gran diferencia: los problemas como la desigualdad, la pobreza, el cambio climático y la pandemia son un problema que enfrentan todas las nuevas y actuales generaciones a nivel mundial. Como ciudadanos del mundo, sus acciones tienen un impacto en el global. Sin importar de dónde vengan, a qué se dediquen, para quién trabajen o hacia dónde van, todos pueden contribuir a hacer del mundo un lugar mejor. En tanto analizamos cómo afrontar estos desafíos, debemos de focalizarnos en romper las cadenas de nuestros problemas pasados, aquellos que solo han incrementado brechas y polarizado comunidades en nuestro Perú. Comprender nuestras opiniones, necesidades y construir puentes que permitan acercarnos como sociedad es quizás el más grande de nuestros desafíos actuales, una problemática que estamos buscando resolver en base a nuestra experiencia como nación.
Aunque esta es una nueva fase en la vida para todos, llena de nuevos desafíos, hemos heredado una realidad que logró sobreponerse a grandes desafíos en las últimas décadas. Nuestro progreso como sociedad es el resultado de nuestros esfuerzos y compromiso como personas de contribuir a nuestra mejora. Estos no son tiempos fáciles, pero venceremos. Y ante el nuevo mundo, requeriremos de líderes que quieran construir un mundo más resiliente y unido.
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