Los adultos mayores, por varias razones (separación de seres queridos, ser población de riesgo frente a la pandemia, problemas económicos, entre otros), pueden estar experimentando emociones intensas desagradables: ansiedad, tristeza, cólera, entre otras. Por ello es importante ayudarlos a entender y a manejar su mundo emocional.
Una de las emociones más difíciles de manejar es la ansiedad. Hay que entender que la ansiedad es el miedo mal manejado, instalado, que no ayuda y nos desgasta. Hay distintas maneras de ayudarlos a manejar la ansiedad. Una forma es enseñarles técnicas de autocalmado, lo que significa aplicar procedimientos que les permitan serenar el cuerpo y la mente, ya que la ansiedad afecta a ambas dimensiones de nuestra persona. Las técnicas de respiración, como la abdominal o la respiración alternada por las fosas nasales son buenas y sencillas opciones. Poner música suave, clásica de preferencias, también les ayuda a serenarse.
Otra alternativa saludable y que combate la ansiedad y los estados emocionales negativos es el ejercicio y la actividad física, en la medida de sus posibilidades de acción (caminar por la casa, realizar algunos ejercicios musculares, etc). La actividad física ayuda a evitar las preocupaciones y a relajarse, siempre y cuando no les implique una sobreexigencia. Algunos podrán hacer más ejercicios que otros, pero hay otras actividades físicas agradables y menos exigentes en términos de desgaste físico, como bailar, por ejemplo, en la que cada uno puede hacerlo de acuerdo con su ritmo. Y si uno los acompaña en ese baile, mucho mejor aún, un baile en compañía de seres queridos es altamente reconfortante y placentero.
Algo bien importante es intentar ayudarlos a controlar los pensamientos catastróficos (ideas de que nos puede pasar a nosotros o a ellos lo peor), cuestionando su validez y enseñándoles a vivir el día a día (en el presente) sin adelantarse tanto al futuro. Hay que cuidar la información que reciben acerca de lo que está ocurriendo, ya que la sobreexposición a las noticias podría incrementar la intensidad de la ansiedad y reforzar este tipo de pensamientos.
No todos los adultos mayores sienten ansiedad, también pueden sentirse tristes o muy molestos. De acuerdo con lo que están sintiendo, es importante y necesario que puedan hablar sobre ello. Ser receptivos con su sentir, escucharlos con empatía y comprensión, y explicarles las cosas con paciencia, son claves para ayudarlos a estar más tranquilos.
Asimismo, es beneficioso que realicen actividades con las que puedan conectarse, ya sea placenteras, ya sean actividades también de nuevos aprendizajes. A toda edad se puede aprender y reaprender cosas. Es bueno brindarles oportunidades para explorar qué alternativas hay de actividades que puedan gustarles, siendo realistas, también de acuerdo con sus capacidades y a la condición en la que se encuentre el adulto mayor.
Hay que recordar que la familia tiene que ser fuente de compañía y cariño, procurando interactuar con ellos, conversar, valorar lo que aportan a la familia. Preguntarles sobre su historia personal y familiar es una buena estrategia para tener conversaciones interesantes. Escuchar sus consejos y recomendaciones también los hace sentirse útiles e importantes.
Fortalecer los vínculos afectivos es primordial. Aprovechemos esta oportunidad para conocernos más, para poder interactuar de diferentes maneras con ellos: a través del diálogo, del juego, de realizar actividades en conjunto. Debemos velar por que las relaciones entre los miembros de la familia sean de respeto y de amor. Es una excelente oportunidad para decirles y demostrarles cuanto los queremos.
Si el adulto mayor está en otra casa y no puede ver a sus hijos y nietos, hay que estar más presente a través de llamadas o videollamadas, en las que les dediquemos tiempo y tengamos la posibilidad de conversaciones largas y profundas. No basta con preguntar cómo están, contémosles también sobre nosotros, sobre sus nietos, sobre diferentes temas que sean nutricios para ellos. Busquemos detalles, sorpresas, maneras de hacerles sentir que estamos cerca emocionalmente a pesar de estar lejos físicamente. Ni bien tengamos oportunidad, el ser visitados por sus hijos y nietos, aunque sea solo a través de la ventana, teniendo las medidas de bioseguridad, será reconfortante y les llevará esperanza.
Si vemos que el adulto mayor ya se encuentra en un estado emocional muy inestable y no logra salir de esas emociones desagradables, será necesario buscar ayuda profesional, puede requerir tratamiento psicológico y farmacológico (psiquiátrico) para así ayudarlo a sentirse mejor.
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