Si hubo un tema omnipresente en la obra de Michel Foucault (1926-1984) fue el poder, convertido en objeto de reflexión y de estudio. La idea de poder que concibió el célebre filósofo francés fue una de las más revolucionarias y originales dentro de las ciencias sociales y de la filosofía política. Pues se alejaba de la concepción tradicional del poder como algo que se posee o se ejerce de manera vertical, como en una relación de dominación. En ese sentido, según Foucault, el poder es mucho más complejo y sutil, debido a que se construye a partir de relaciones que se establecen entre individuos, grupos e instituciones. Es una dinámica constante de fuerzas que se ejercen y resisten.
Asimismo, el poder no sólo reprime. También produce conocimiento, subjetividades y realidades. Es decir, construye una estructura integral para ejercer su dominio. En el examen que Foucault hizo, el tema de la “microfísica” del poder cumplió un lugar central. En efecto, Foucault introdujo este concepto para referirse a las formas sutiles y cotidianas de ejercer poder, como las normas sociales, las disciplinas y las instituciones. Este poder se ejerce a través de mecanismos invisibles, pero no por ello menos efectivos.
Este sistema complejo del poder que observó Foucault, también se caracteriza por el objetivo disciplinario del mismo. A través de instituciones como las escuelas, los hospitales o las prisiones, se establecen mecanismos de control que normalizan los cuerpos y los comportamientos. Esto nos conduce a otro concepto muy interesante de su filosofía: “biopoder”. Con “biopoder” se refería a las formas de dominio que regulan la vida en su conjunto, desde la natalidad hasta la muerte, ejerciéndose a través de políticas demográficas, sanitarias y sociales. De ahí que la sociedad contemporánea se edificara sobre esta noción de control total y sutil.
Las consecuencias que se derivan del pensamiento de Foucault sobre el poder, es considerar que el mismo está en todas partes. No se limita al Estado o a las élites, sino que permea todas las esferas de la vida social. También, que es productivo. Es decir, crea sujetos, saberes y realidades. Finalmente, que el poder es ejercido a través de múltiples mecanismos. No solo a través de la fuerza o la coerción, sino también a través de discursos, normas y prácticas sociales.
Las obras en las que el célebre filósofo francés escribió sobre este tema se encuentran desperdigada en una parte importante de su bibliografía. Destacando, Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión, Historia de la sexualidad, El nacimiento de la clínica, La arqueología del saber, entre otros textos. Hoy que las formas de poder se siguen recreando hasta el infinito, es interesante volver a sus escritos sin prejuicios, y con la mayor apertura posible.
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