El Pasado, Instrucciones de Uso: Historia, Memoria, Política es un texto del historiador italiano Enzo Traverso (1957) que examina las enredadas relaciones entre la historia y la memoria. Publicado originalmente en 2007- y traducido en el 2021-, el libro se centra en cómo se utiliza el pasado en contextos públicos y políticos, estudiando los usos de lo acontecido en sociedades que enfrentan transiciones amnésicas. En ese sentido, Traverso observó que, en la utilización política e intencionada del pasado, las narraciones históricas son manipuladas y reinterpretadas por actores políticos para servir a sus intereses contemporáneos.
Para este intelectual italiano, la historia no es solo un conjunto de hechos pasados, sino un recurso que puede ser utilizado para legitimar acciones y posiciones políticas actuales. Los políticos – o quienes hacen sus veces-, muchas veces recurren al pasado para construir identidades, justificar decisiones y polarizar a la sociedad en torno a sus visiones del mundo. Esta instrumentalización de la historia puede conducir a la agudización de la polarización y del conflicto, intensificando las divisiones sociales y políticas. Por ejemplo, ciertas narraciones sobre conflictos históricos, sociales y culturales pueden ser utilizadas para crear o profundizar antagonismos entre diferentes grupos, estableciendo un "nosotros" contra "ellos", o buscando de forma obsesiva algún “chivo expiatorio” sobre quien recaiga las culpas colectivas. Traverso apunta que esto es evidente en contextos donde las interpretaciones del pasado son radicalizadas para justificar una determina visión de la sociedad, más allá de la orientación política o ideológica.
Si el pasado narrado puede ser manipulado desde un interés moral, político o económico determinado, entonces la memoria colectiva puede ser moldeada. La forma en que se recuerda o se olvida un evento histórico puede influir en la identidad nacional, cultural, y en las dinámicas de poder dentro de una sociedad. Así, el pasado y la memoria se convierte en un campo de batalla donde se negocian significados y se construyen narraciones que benefician o justifican a indistintos grupos sociales o culturales. Frente a ese escenario de posibles múltiples interpretaciones, ¿cómo evitar la manipulación de la memoria colectiva desde la construcción ideológica del pasado?
Ante este potencial riesgo, para Traverso es importante tomar en cuenta los elementos teóricos y metodológicos sobre los cuales se van a construir las narraciones del pasado. Pero, sobre todo, ser conscientes de que cualquier síntesis histórica es relativa y que, por ello, debe estar abierta a revisiones. En ese sentido, en nuestra opinión, aquí se encuentra uno de los aportes más importantes de este libro: la necesidad de revisar el pasado desde nuevas orientaciones, nuevos, conceptos, métodos y nuevas teorías, y evaluar las consecuencias sociales de los diversos cultos de la memoria. Esto es posible cuando la historia se distancia del pasado que estudia, convirtiendo la memoria en un campo susceptible de investigación. Ello implica que la historia, al adoptar una postura autorreflexiva, transforma la memoria en uno de sus objetos de estudio. Como hay una consecuencia ético-política en este ejercicio, es importante tener en cuenta la importancia social y cultural de los usos instrumentales, moralistas e ideológicos, de los constructores de la memoria colectiva. Tema de enorme relevancia para nuestro país.
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