Hoy, solsticio de invierno, es el día más corto del año y el inicio del año nuevo andino conocido como Inti Raymi o fiesta del sol, que fue prohibida durante la Colonia y recreada nuevamente desde la década de 1940. Uno de sus cantos más bellos es el dedicado por el Inca, con veneración y agradecimiento, al padre sol: Intillay Taytallay, kusikuywanmi napaykuykiku, kanchayniykiwan samikuspayku, Intillay Taytallay.
Y al igual que la celebración más importante para el mundo andino es el Inti Raymi, en el mundo amazónico lo es la fiesta de San Juan en la misma fecha ¿Una coincidencia? No. La fiesta de San Juan fue instaurada por las misiones evangelizadoras el mismo día que los pueblos amazónicos dedicaban ceremonias de fuego al sol para que se acerque más a la tierra y siga brillando para todos. Estas mismas ceremonias se dan en todo el planeta porque desde siempre los seres humanos hemos leído e interpretado el comportamiento de los astros y hemos creado ritos y costumbres en relación a ellos, a la tierra y a todos los seres de la naturaleza para vivir en armonía y favorecernos de lo que nos brindan para la subsistencia.
En señal de resistencia cultural, muchas escuelas, institutos, universidades, asociaciones culturales y familias andinas y amazónicas en todo el Perú, harán un alto en sus labores, realizarán ofrendas con hojas de coca, intercambiarán semillas, cantarán y bailarán para agradecer al sol por la vida, para que siga brillando y haciendo posible que la madre tierra sea fecunda. Estas expresiones de espiritualidad en nuestros pueblos originarios se revitalizan cada año gracias a la autoafirmación cultural de nuestros niños y jóvenes y el trabajo de miles de maestros y maestras que en las escuelas interculturales bilingües van al encuentro de los pueblos, para fortalecerlos en sus culturas y hacer pedagogía de los sentimientos y costumbres que los habita.
Se producen también las celebraciones por el Día del Campesino, fecha instalada durante el gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado cada 24 de junio concordante con el Inti Raymi, algo que tampoco es una casualidad. Hace cincuenta años, en 1969, su gobierno decretó el inicio de la reforma agraria para acabar con el sistema de haciendas, un hito fundamental en la historia republicana. Con ella, se redistribuye la tierra a las comunidades, después de siglos de luchas y revueltas indígenas. Desde entonces, denominados “campesinos” en alusión a su labor como trabajadores del campo, se oculta implícitamente su identidad como pueblos originarios (antes se decía “indios” y era denigrante).
Hoy el calendario escolar incluye las dos celebraciones cada 24 de junio, el Día del Campesino y el Inti Raymi, cada una con su propio significado. En la medida que los niños, niñas y jóvenes fortalecen sus identidades en libertad, encontrarán las mejores formas de reivindicar sus pueblos, de afirmar quiénes son y de expresar sus culturas en constante renovación teniendo presente a su pachamama y a su tayta inti ¡Feliz año nuevo andino!
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