Para el historiador Ricardo Cubas Ramacciotti, doctor en Historia en la Universidad de Cambridge y profesor de historia de América Latina en la Universidad de los Andes, Chile, las universidades peruanas privadas con fines de lucro en el Perú, con algunas pocas excepciones, han tendido a desarrollar un sistema regido por una visión economicista y mercantil que no fomenta el desarrollo de una cultura amplia, descuida la investigación de calidad y no brinda una formación intelectual sólida e integral a sus alumnos.
Según Cubas, muchas familias están optando por mandar a sus hijos a estudiar a universidades en el extranjero buscando una formación profesional de mejor calidad y más barata. "Esto es un problema porque genera lo que, en el mundo anglosajón, se llama un “brain drain”, una fuga de cerebros. Es muy probable que una proporción importante de esos estudiantes de pregrado no regresen al Perú por encontrar mejores oportunidades laborales en el exterior y por la desconexión con el país en una edad vital para afianzar lazos y redes”, dijo el catedrático peruano.
“Asimismo —indicó que— hay un espacio extremadamente reducido para la investigación universitaria, especialmente en las áreas de las humanidades, las ciencias puras y el arte. Es decir, en todo aquello que no es considerado rentable”. El académico relató su experiencia de no haber encontrado las oportunidades para dedicarse a la investigación histórica debido a la excesiva carga docente y administrativa.
“Tuve que salir del Perú para tener la posibilidad de dedicarme a escribir sobre la historia del Perú. Es muy paradójico que ese espacio lo haya encontrado en el extranjero y no en mi propio país”, comentó Cubas Ramacciotti.
"Fui profesor universitario en varias universidades privadas peruanas. Llegué a dictar como 'profesor taxi' 35 horas semanales, sin contar las horas de preparación de clases, corrección de pruebas, y de transporte de un extremo a otro de la ciudad en el estresante tráfico limeño. La investigación tendía a quedar relegada a las madrugadas o los fines de semana”, precisó y agregó que “no es que no existan esos espacios en el país, pero son muy escasos y, ciertamente, el sistema no da incentivos para ampliarlos”.
“Considero que una educación superior privada con fines de lucro, es decir, la que se concibe a sí misma fundamentalmente como un negocio regido por los criterios del mercado, puede generar y ha generado problemas muy profundos en la sociedad peruana. Las universidades dejan de ser centros de reflexión, de desarrollo científico, de formación en valores humanos, y se convierten en empresas que deben dar cuenta a sus accionistas sobre la rentabilidad de su inversión y que tienen que lograr la satisfacción de sus clientes”, expresó el historiador peruano.
Para Cubas, el resultado no es una mayor calidad y excelencia, como lo anuncian en sus propagandas y lo proclaman en sus misiones institucionales, sino, por lo general, mediocridad. “Por supuesto, la solución no se encuentra en que las universidades se conviertan en centros de activismo político, como fue el caso de las fueron capturadas por el radicalismo ideológico en las décadas de 1970 y 1980”, señaló.
“Es necesaria una regulación que impida que la educación superior se convierta en esencia solo en un negocio, que incluso, en algunos casos es fraudulento y oculta actividades ilícitas defendidos por influyentes lobbies”, puntualizó Cubas Ramacciotti.
Y finalmente concluyó que “más allá de la existencia de un régimen de supervisión, es necesario hacer una reflexión interdisciplinaria y un estudio profundo sobre la situación, estructura y resultados de la educación superior peruana comparándola con la experiencia de otros países, y a partir de ello, plantear un amplio debate sobre cuáles son los cambios que ella requiere para el bien común del país”.
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