Meghan Markle, Demi Moore, Cara Delevingne y otras figuras acudieron al matrimonio real que nadie quería ver ni pagar: el precio de la unión alcazó a los 2,6 millones de dólares, pagados por los contribuyentes.
La princesa Eugenia, nieta de la reina Isabel II, se casó hoy con Jack Brooksbank en el Castillo de Windsor, acompañados por figuras del entretenimiento como Cara Delevingne y otros miembros de la familia real como el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle, quienes celebraron su boda en el mismo lugar en mayo.
La reina, de 92 años, y su esposo Felipe, de 97, retirado de los compromisos oficiales, estuvieron acompañados por estrellas de Hollywood como Liv Tyler y Demi Moore, las modelos Kate Moss y Naomi Campbell y la cantante Ellie Goulding.
El vestido de Eugenia, de la firma basada en Londres Peter Pilotto, tenía un escote en la espalda que revelaba cicatrices de una cirugía que debió realizarse a los 12 años para corregir una escoliosis.
"Es una forma bonita de homenajear a las personas que me cuidaron y una manera de apoyar a los jóvenes que también atraviesan esto", dijo la princesa al canal ITV, antes del enlace. "Esta busca ser una boda familiar", agregó Andrés, el padre de la novia.
AUSENCIA DE CAMILA
Cientos de personas cantaron y saludaron a los novios afuera de Windsor, muchos menos que los miles que se reunieron en la ciudad para el matrimonio del príncipe Harry y Meghan Markle.
La princesa Beatriz, hermana mayor de la novia y su dama de honor, leyó un extracto de la novela de F.Scott Fitzgerald "El Gran Gatsby". "Un pasaje particular en el que Jay Gatsby es descrito le recordó inmediatamente a Jack", dijo el párroco David Conner.
Una ausencia notable fue la de Camila, la duquesa de Cornwall y esposa del príncipe Carlos, debido a que tenía un compromiso en Escocia.
CRÍTICAS
La seguridad alrededor de Windsor fue reforzada, con chequeos parecidos a los de los aeropuertos y muchos policías. Como la princesa Eugenia no realiza tareas reales oficiales, los republicanos dijeron que estaba mal que la cuenta de seguridad estimada en US$ 2,6 millones fuera pagada por los contribuyentes.
En un artículo en el periódico Times, el analista Matthew Bell dijo que la magnificencia de la boda mostraba el deseo del príncipe Andrés de afianzar el estatus real de la familia. "A medida que pasen los años, y su estatus real disminuya, [la princesa Eugeina] será una figura periférica sin ninguna consecuencia", indicó.
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