Después de hacer su fortuna con apuestas arriesgadas en los mercados financieros, el economista e inversionista brasileño Paulo Guedes está haciendo su jugada más audaz hasta el momento.
Paulo Guedes y Jair Bolsonaro se conocen desde hace menos de un año.
Sin embargo, eso ha sido suficiente para hacer de Guedes, de 69 años, uno de los asesores más confiables de Bolsonaro y un propuesto "superministro" para todos los asuntos económicos en su eventual gobierno.
Guedes, un administrador de fondos con experiencia como educador, dice que ha alejado al capitán retirado del Ejército Bolsonaro del modelo industrial liderado por el Estado de la dictadura militar de 1964-1985.
Ahora Bolsonaro, quien sigue siendo un fanático de la dictadura, dice que prefiere recortar las pensiones y vender compañías estatales como parte de un esfuerzo por encoger al Gobierno de Brasil.
En la campaña, ha rechazado repetidamente responder a preguntas sobre detalles de la economía, diciendo que cumplirá con las sugerencias de Guedes.
Esa perspectiva ha emocionado a los inversionistas, quienes impulsaron un alza en las acciones y la moneda de Brasil cuando Bolsonaro amplió la ventaja sobre su rival izquierdista Fernando Haddad de cara a una segunda vuelta electoral el domingo.
Guedes sostiene que el belicoso Bolsonaro es justo el hombre indicado para darle a Brasil una inyección de medicina de libre mercado y superar el actual consenso de políticas de centro-izquierda que han llevado a Brasil de crisis en crisis.
Como cofundador de un banco de inversión brasileño que se convirtió en Banco BTG Pactual, Guedes ganó millones apostando en contra de los planes de estabilización económica fallidos de fines de la década de 1980 y principios de la de 1990.
"Bromeo que Jair está aprendiendo mucho más rápido que la mayoría de ellos, a pesar de que le gusta saltarse las clases para poder captar votos", dijo Guedes a los participantes en un evento en Brasilia en agosto.
Guedes tiene un doctorado de la Universidad de Chicago y experiencia como profesor en algunas de las instituciones más prestigiosas de Brasil, junto con la Universidad de Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, y pocos cuestionan sus credenciales ortodoxas.
Bolsonaro se ha comprometido a darle las riendas de un nuevo ministerio que combine las responsabilidades de las carteras de finanzas, planificación y comercio.
Presionado en una reciente entrevista televisiva sobre quién más podría desempeñar ese papel si Guedes dejara su eventual gobierno, Bolsonaro comparó su relación con un matrimonio.
"No hay Plan B", dijo.
Alexandre Schwartsman, exdirector del banco central de Brasil, dice que sin Bolsonaro defendiendo abiertamente las propuestas favorables al mercado en la campaña electoral, no hay forma de estar seguro de que Guedes podrá implementarlas.
"Parece que la gente está creyendo un cuento de hadas", dijo. "Las creencias personales de Bolsonaro no coinciden con un programa así (...) No estoy seguro de si es ingenuo o cínico".
PÚBLICAMENTE MINIMIZADO
De hecho, la campaña ha expuesto profundas fallas entre Guedes, Bolsonaro y otros miembros de su equipo.
Guedes ha propuesto privatizar a la petrolera administrada por el Estado, Petroleo Brasileiro, y al prestamista estatal Banco do Brasil.
Sin embargo, el general retirado Oswaldo Ferreira, también candidato a ministro, dijo que esas empresas seguirían siendo administradas por el Estado por razones "estratégicas".
Ha mantenido un bajo perfil desde que los fiscales dijeron este mes que estaban investigando una posible mala gestión del dinero de los fondos de pensiones públicos en uno de sus vehículos de inversión. Guedes y el fondo de pensiones han negado cualquier delito.
Los conocidos especulan abiertamente sobre cómo un exacadémico sin experiencia en el gobierno manejará la rutina diaria de la política brasileña.
Ricardo Faria, gerente de fondos de RCF Capital, planteó la preocupación en reuniones con Guedes organizadas por bancos de inversión. "Nuestra única pregunta era si Paulo estaba realmente comprometido con el proyecto. Yo mismo le pregunté dos veces: Paulo, ¿vas a tener paciencia?"
"El dijo: 'Sin duda'", recordó Faria. "Después de 24 años de democracia social, dijo que Brasil está listo para abandonar ese legado y probar cuatro años de la derecha liberal. Así que está decidido a ayudar".
La tarea más difícil puede ser convencer a cientos de legisladores para que reduzcan el sistema de seguridad social de Brasil y recorten un presupuesto federal del que dependen para el gasto.
"Lo importante no es sólo la aprobación del mercado; es convencer al Congreso. El principal desafío es político", dijo Guilherme Afif, exvice gobernador de Sao Paulo que se postuló para presidente en 1989 con un programa económico diseñado por Guedes.
"Una golondrina no hace verano", agregó.
(Por Marcela Ayres; escrito por Brad Haynes; Editado en español por Juana Casas/REUTERS)
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