Bruce Willis y Demi Moore pasaron cuarentena con sus hijas, Scout y Tallulah. Antes de esta buena relación, hubo un distanciamiento entre madre e hija por las adicciones de la actriz.
La familia de Bruce Willis y Demi Moore se ha mostrado más unida que nunca en esta pandemia de COVID-19. Los exesposos han pasado la cuarentena acompañados de dos de sus hijas, Scout y Tallulah, y del director de cine Dillon Buss, pareja de la última.
La familia disfrutó de estos días de distanciamiento social en la casa donde pasaron su infancia en Idaho. Una estancia en la que también iban a estar la nueva esposa del actor, Emma Heming Willis, y sus dos hijas pequeñas; pero un accidente de una de las menores provocó que se tuvieran que quedar en Los Ángele.
Ahora que han pasado los días y ha habido tiempo para reflexionar, Tallulah ha querido aprovechar la celebración del Día de la Madre, en Estados Unidos, para explicar cómo vivió ella los tres años que estuvo sin hablarle a Demi Moore.
Un distanciamiento muy duro para ambas que se produjo cuando la protagonista de "Ghost" volvió a caer en sus adicciones tras poner punto y final a su matrimonio con Ashton Kutcher.
Y es que, en esos tres años en los que no hubo relación entre madre e hija, Tallulah reconoce que la celebración de este día era especialmente dolorosa: "Recuerdo llorar mientras conducía al trabajo al escuchar un anuncio de radio que recomendaba qué 'perfume le encantaría a mamá'. Digerí toda la naturaleza de la celebración de este día como un desaire insensible a MI dolor y MI historia".
Un dolor que terminó gracias a la intención de ambas de arreglarlo y poner fin a este largo enfado. Hoy ya pueden echar la vista atrás para ver como todo lo malo de su relación se quedó atrás.
La misma Demi Moore admitió, en sus memorias, que relación con sus hijas ─Rummer, Talulah y Scout─ se había deteriorado, aunque con el tiempo ha conseguido volver a recuperarla.
A ellas les dedica el final del libro. "Mis amores, mis ángeles, mi razón de ser (...) Mujeres espléndidas, dinámicas, sensatas, inteligentes (...) no puedo sentirme más orgullosa de ustedes. Gracias por haberme dejado entrar en sus vida y por regalarme su amor, apoyo y ánimos para escribir este libro". (Con información de Europa Press)
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