Alejandro Ruiz, quien trabaja cuidando calles cercanas a la discoteca 'Thomas Restobar', aseguró que todos los sábados el local realizaba fiestas y cuando la patrulla se acercaba hasta el lugar, bajaban el volumen de la música y apagaban las luces.
Tras la muerte de 13 personas al interior del local 'Thomas Restobar' de Los Olivos durante una intervención policial por organizar una fiesta con más de 100 personas en su interior pese al toque de queda, este permanece cerrado y cercado por la policía nacional.
Siete horas después, RPP Noticias llegó hasta la zona en donde aún permanecen seis móviles de la PNP resguardando la zona y realizando las investigaciones del caso.
Asimismo, logró conversar con Alejandro Ruiz, un trabajador de seguridad que cuidaba calles aledañas al local noctuno. Este precisó que los dueños de la discoteca organizaban fiestas todos los sábados, pese a la orden del toque de queda y la prohibición de reuniones sociales.
"La bulla se escuchaba a dos cuadras de distancia", contó. Ruiz indicó además que ante la llamada insistente de los vecinos, agentes de patrullaje se acercaban hasta la zona, pero la discoteca, al verlos, bajaba el sonido de la música y apagaba las luces del local.
"Todos los sábados, a eso de las 2 o 3 de la madrugada, venía un carro de la PNP, pero cuando pasaba se quedaban callados", contó.
El abogado penalista Carlos Caro estimó que los responsables de la fiesta (organizadores, el dueño del local, así como el administrador) podrían afrontar hasta 35 años de cárcel.
"Si estamos hablando de un homicidio simple, las penas van hasta 20 años, pero si hablamos de un asesinato, pueden llegar hasta 35 años de cárcel. No estamos hablando de penas leves, sino de las más graves del sistema", dijo durante una entrevista con RPP.
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